e entera del arroyo se cubre de
redondeces tanto mas anchas y desiguales cuanto mas se alejan del
centro. Golpeando en la orilla, cada onda de agua se propaga en sentido
inverso cruzando las olitas que la siguen; otras series de pliegues
producidos por la caida de un nuevo grano de arena o por un
estremecimiento de la onda, se confunden con las primeras y una
multitud de lineas, propagandose en todas direcciones, suben y bajan
como las mallas de una red cuya trama solo la mirada habil puede
distinguir. Comparadas con el ancho del arroyo, sus debiles ondulaciones
son mil veces mayores que las mas formidables e impetuosas olas del mar.
Reflejados en el ondulado cristal de la superficie liquida, los arboles
de la orilla, las ramas cruzadas y las nubes del cielo, se retuercen y
desplazan en ritmicas curvas; el espacio infinito parece danzar sobre el
centelleante espejo.
Si la liquida masa del arroyo no se arrastrara hacia el mar y estuviera
inmovil como la de un lago o estanque, cada ola concentrica se
extenderia en circulo con perfecta regularidad; pero la corriente es
rapida, las moleculas de agua cambian de punto constantemente y, por
consecuencia, el circulo regular, como la linea recta, son una pura
abstraccion. De esta deformacion de circulos resulta una variedad mas en
el entrecruzamiento de los liquidos rizos. Las desigualdades de la
corriente que arrastra el sistema entero de ondulaciones, modifica sus
curvas, aproximandolas o alejandolas unas de otras; un obstaculo
comprime y frunce las olas, un impulso rapido las separa y prolonga
alisando la superficie: por la duracion de cada intervalo entre los
rizos de agua se puede calcular exactamente la velocidad de las pequenas
corrientes parciales que componen el torrente total. En los sitios en
que es mayor la profundidad, cada piedra sirve de dique para contener
la corriente, cada estrecho entre dos guijarros es una esclusa por la
que el agua se precipita y el caudal del arroyo queda dividido en
infinidad de pequenos triangulos esfericos, multitud infinita de
ondulaciones que es a la vez red luminosa que hace vibrar y centellear
las brunidas piedras del fondo.
Ademas, no son solamente cuerpos inertes los que ondulan la superficie
del arroyo, hay tambien seres vivos que, cambiando de punto, transforman
al mismo tiempo el centro de las ondulaciones. Un pez que pasa como un
dardo da al conjunto de las vibraciones la forma de un ovalo muy
prolongado; el insecto flotant
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