iCon solo cerrar los ojos, mi pensamiento se
transporta hacia un alegre torrente, al Vesubio, al Gordolarque, al
susurrante Embalire, o hacia cualquier otro sitio de la libre montana!
En la primavera, el arroyo de la llanura no produce la fuerte
voluptuosidad de reaccionar contra el frio glacial del agua, y las
inmersiones producen apenas impresion. La tibieza del aire se ha
comunicado a la masa liquida, y hasta los ninos pueden banarse y
juguetear en el agua fresca. Los muchachos, sentados en los bancos de la
escuela, levantan con frecuencia los ojos de los libros de estudio para
mirar con avidez el camino que conduce al arroyo; luego, cuando al salir
se sienten libres, se dirigen con alegria hacia el charco profundo,
donde retozones y alegres van a banarse. Rapidamente se desnudan, y cada
uno se convierte en un Neptuno "levantador de olas"; y trabaja con todas
sus fuerzas para agitar las ondas y convertirlas en masa de espuma,
produciendo pequenas tempestades en el arroyo conquistado para ser su
dominio durante una hora.
En el verano, durante los dias calurosos en que el aire permanece
inmovil, es cuando mas agradable resulta convertirse en triton. No es
preciso tener doce o quince anos para arrojarse al agua lleno de
felicidad como en su elemento propio; cualquiera de nosotros, si los
convencionalismos y falsedades de la vida no nos han corrompido
enteramente, puede volver a las alegrias de la juventud dejando por un
momento sus ropas en la orilla del agua. Por mi parte, declaro que me
siento todavia nino cuando me arrojo en el arroyo querido. Despues de
haber satisfecho mi primer entusiasmo atravesando varias veces el charco
profundo donde se agitan las aguas, y despues de haber querido remontar
la corriente, levantando a mi alrededor un caos de olas precipitandose
unas con otras, descanso abandonandome tranquilamente a la felicidad de
la vida sobre el agua dulce que me acaricia. iQue alegria sentarme sobre
una piedra bajo el chorro de la cascada, sentir caer el agua sobre mi
como sobre una roca y verme envuelto en un manto de espuma! iQue placer
tambien dejarme arrastrar por las aguas corrientes hasta un escollo
donde me agarro con una mano, mientras que el resto de mi cuerpo,
levantado por las olas, flota de un lado a otro bajo el impulso de la
corriente! Me dejo arrastrar, y voy a parar como un madero sobre un
banco de arena donde cristalitos de mica brillan como pepitas de oro y
plata. Por el peso de mi cuerp
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