ed el celebre X?
--Para servirle. ?Es acaso al famoso Y. a quien tengo el honor de
contestar?"
Grandville, caricaturista con frecuencia demasiado ingenioso, se imagino
figurar los pensamientos intimos de un pescador de cana, presentando al
pobre hombre con su craneo abierto y dividido en regiones segun el
sistema de Gall. En cada una de las cavidades cerebrales se tramaba un
crimen horrible. Y el pobre pescador inofensivo, con su mirada pura y
llena de candor, aparecio sonando siempre en perpetrar toda clase de
atrocidades posibles. Bajo la protuberancia de la "adquisividad" solo
pensaba en descerrajar puertas y llevarse montones de oro; bajo la de la
"secretividad", falsificaba toda clase de documentos; en la caja de la
"combatividad" asesinaba a un anciano; en cualquier otro rincon de la
cabeza raptaba la mujer de un amigo, y que se yo cuantas infamias mas.
Todas las monstruosidades imaginables se fraguaban en ese cerebro. El
artista calumniaba villanamente al pescador de cana, atribuyendole todas
esas alucinaciones criminales; mientras tiene su vista fija en el agua y
su brazo presto a levantar su cana, el pobre hombre no tiene conciencia
de las fugitivas imagenes, buenas o malas, que flotan en su cerebro; se
encuentra fascinado por las ondulaciones que brillan, por los hoyuelos
variables que sin cesar cambian, por el agua que le sonrie y el pez que
espera.
Tal vez a causa de esta extrana fascinacion que ejercen sobre el
pescador las aguas libres del arroyo, haya hecho tan pocos progresos el
arte de la piscicultura desde los tiempos mas remotos. Millones de
hombres se dedican a sorprender el pez salvaje que se agita en las
aguas: y muy poco numerosos relativamente son los que se ocupan en coger
su presa para cautivarla y devorarla cuando lo crean conveniente. En
los paises llamados civilizados, la caza no es otra cosa que un
pasatiempo y la persecucion de las bestias salvajes ha sido reemplazada
por la cria de animales para el matadero. Solo los hombres holgazanes y
vanidosos que quieren mantener las tradiciones de sus antepasados para
distraer su ociosidad, han hecho de la caza la principal ocupacion de su
vida. Pero desde hace ya miles de anos, los pueblos arianos, de
evolucion en evolucion han cesado de ser cazadores, y se dedican a
cultivar la tierra, tomando a la vez por companeros o victimas a los
toros descendientes del urus salvaje que perseguian en el bosque en
otras edades, En nuestros dias, los piele
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