lejos cortinajes de seda cuyos
pliegues han cesado de ondular.
Pero en nuestros climas templados, es raro que los inviernos sean
bastante frios "para helar" completamente el arroyo transformandolo en
piedra; se pasan a veces muchos anos durante los cuales solo se ven
sobre la superficie liquida algunas agujas de cristal. En estos
inviernos, ordinarios en nuestras zonas, las capas solidas no se
extienden de una a otra orilla del arroyo, y a la menor subida del
termometro se rompen por el empuje de la corriente y los fragmentos,
entrechocandose, se funden muy pronto arrastrados por el torbellino. El
hielo desempena un papel de escasa importancia en la historia invernal
del arroyo de nuestra comarca; el verdadero aspecto del curso liquido
proviene, pues, de la nieve que cubre los montes y la llanura.
El efecto de la nieve es admirable, sobre todo durante los dias sin sol,
cuando el azul del cielo esta enteramente velado por las nubes y hasta
adquiere un tono obscuro por su contraste con la superficie de la
tierra, cubierta de resplandeciente blancura. El arroyo tiene entonces
el color gris del hierro; las hierbas del fondo ondulan tristemente; el
agua, tan alegre y susurrante en la epoca de las flores, parece que en
su masa lleve algo doloroso y sombrio. Algunos viejos raigones situados
cerca de la orilla aparecen cubiertos con mantos de nieve. En los
margenes, los grupos de hierba se destacan en negro a pesar de los
copos blancos de que estan cargados, si no estan situados muy cerca del
agua, donde la humedad ha producido el desprendimiento de pequenas
avalanchas de nieve. Los arbustos, algunos deshojados ya desde el otono
y otros cubiertos de hoja todavia, se balancean debilmente sobre el
blanco almohadon de armino que les rodea, y con los extremos de sus
ramas trazan curvas concentricas. Un pino solitario sostiene la nieve
sobre sus ramas extendidas como grandes abanicos horizontales, blancos
por encima y verdes por debajo. Otros arboles de corteza rugosa, cuyos
troncos salen de la misma orilla del arroyo, solo aparecen blancos de
nieve por el lado del viento; el resto del arbol conserva su propio
color y las ramas solo aparecen salpicadas de algunos copos. Mas
hermosos tal vez que en la primavera, porque su fino ramaje no esta
cubierto por multitud de hojas, estos arboles se perfilan en el fondo
del cielo con sus grandes y pequenas ramas matizadas de un ligero y
delicado tono violeta, y sus innumerables ramificacio
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