esfuerzo de los brazos, salimos a la
superficie; pero, al menos yo, no ceso de agitarme como para librarme
del escozor que el agua helada me produce: nado a la desesperada igual
que si luchara contra una corriente amenazadora. No obstante, para
tranquilidad de mi conciencia, me sumerjo de nuevo completamente;
luego, satisfecho de haber cumplido con mi deber, me precipito hacia la
orilla, que salvo con rapidez, enjugo mi cuerpo enrojecido por el frio y
me cubro de prisa con mis ropas todavia calientes. A mi inquieta
agitacion sucede la tranquilidad del alma: por los sufrimientos de un
momento, me he hecho mas fuerte, mas dispuesto, mas feliz, y dirijo una
mirada altiva sobre esa corriente rapida y obscura que un minuto antes
miraba aterrorizado.
No obstante, declaro que es mas agradable el bano frio que se toma en
pleno verano en las profundas balsas del torrente, por donde pasan las
primeras aguas del arroyo en las gargantas mismas de la montana. La masa
liquida que parece helada, es nieve apenas fundida que no se ha
entibiado todavia absorbiendo abundante aire; conserva toda la crudeza
primera, y su color, de un azul fuerte, tiene yo no se que de hostil. Se
tiembla anticipadamente, no solo de frio, sino tambien de deseo, y para
calmar el cansancio de la marcha nos arrojamos voluptuosamente en el
agua helada. Las piedras y arena del fondo brillan con un tono amarillo
palido a traves de la capa liquida; pero en algunas brazadas nos
encontramos encima del abismo; el agua transparente parece aire
condensado, y, no obstante, no distinguimos el fondo; parece que nos
hallemos suspendidos en el espacio y nadamos con precaucion como si
repentinamente fueramos a caer en una sima. Despues sentimos que el frio
nos domina poco a poco, y dando unos cuantos empujes nos dirigimos a la
orilla para volver al calor de la vida y gozar de nuestro acrecentado
vigor.
iOh lagos queridos de los Pirineos y los Alpes, Seculejo, Doredom,
Lauzannier, os conservo todavia en mi memoria tal cual os veia cuando
yo, con otros amigos, resbalaba rapidamente sobre vuestra superficie.
Veo aun las piedras de granito amontonadas en la orilla, el bosque de
pinos reflejado sobre el agua rizada, los declives, las altas vertientes
de los prados y, mas lejos, las grandes explanadas donde empieza la
curva oscilante de la cascada! iOs veo tambien, hermosos manantiales de
los grandes rios, que vais a perderos en el mar a cientos de kilometros
de vuestro origen!
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