ucion hacia un nuevo orden de cosas. Estudiando con
calma la marcha de la historia, vemos al ideal de cada siglo convertirse
en la realidad del siglo siguiente, vemos el ensueno del utopista
adquirir forma precisa, para hacerse necesidad social en la voluntad de
todos.
Con la imaginacion podemos ya contemplar la fabrica y los campos que la
circundan tal cual el porvenir los habra cambiado. El parque se ha
ensanchado; actualmente comprende la llanura entera; grandes columnatas
se levantan sobre la verdura, chorros de agua caen por encima de los
macizos de flores, y alegres ninos corren por sus avenidas. La fabrica
esta alli todavia; ahora mas que nunca se ha convertido en un gran
laboratorio de riquezas, pero estos tesoros no se dividen ya en dos
partes, de las cuales una pertenece a uno solo, siendo la otra, la de
los obreros, una miserable limosna; definitivamente pertenece a todos
los trabajadores asociados. Gracias a la ciencia que les hace utilizar
mejor el poder de la corriente y otras fuerzas de la naturaleza, los
obreros no son los esclavos desgraciados de la maquina de hierro;
despues del trabajo del dia, gozan del reposo y de la fiesta, las
alegrias de la familia, las lecciones del anfiteatro, las emociones de
la escena. Son iguales y libres, son duenos de si mismos y se miran
frente a frente con la cabeza erguida, porque ninguno lleva en su cara
impreso el estigma de la esclavitud. Tal es el cuadro que podemos
contemplar anticipadamente parandonos por la tarde cerca del arroyo
querido, cuando el sol poniente se rodea de un circulo de oro con las
volutas de vapor que se escapan de la fabrica. Esto no es aun mas que
un espejismo, pero si la justicia no es una palabra vana, este
espejismo nos refleja ya la ciudad lejana, medio oculta detras del
horizonte.
CAPITULO XVII
#La navegacion y la armadia#
Al traves de los siglos, los progresos materiales de la humanidad pueden
medirse por los distintos servicios que el arroyo ha prestado.
Actualmente, el impulso de su corriente se transforma en fuerza viva
para moler el trigo, tejer telas y producir un sinnumero de
transformaciones en la primera materia. Sus aguas y aluviones se cambian
en savia y tejidos vegetales en los prados y alamedas; en la agricultura
y la industria es nuestro gran auxiliar.
En otro tiempo no sucedia asi. El bosque sin limites cubria los montes y
llanuras; las sendas que serpenteaban entre los arboles eran muy raras y
mal traza
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