e izquierda para regar sus campos; otro aun, rebaja su nivel
medio limpiando el fondo, destruyendo las aristas de las piedras en las
corrientes y cascadas, mientras que en otra parte, los industriales,
elevan la superficie del arroyo, construyendo presas para llevar el agua
a sus fabricas. Todo esto son fantasias contradictorias, avideces en
conflicto, que pretenden todas, no obstante, determinar la marcha del
arroyo. ?Que seria de un pobre arbol, a cuantas enfermedades monstruosas
no se veria condenado, si, lozano y lleno de vida, fuera repartido entre
varios propietarios, si numerosos duenos pudieran ejercer el derecho de
uso y abuso, uno sobre sus raices, otro sobre su tronco, sus ramas, sus
hojas y sus flores? El arroyo, en conjunto, puede ser comparado con un
organismo vivo como el de un arbol. Tambien el, desde su nacimiento
hasta su desembocadura, forma un todo armonico con sus manantiales, sus
sinuosidades y las oscilaciones regulares de sus aguas, y es una
desgracia publica el que la serie natural de sus fenomenos sea alterada
por la explotacion caprichosa de propietarios ignaros. Gracias a la
ciencia y a los esfuerzos particulares, podemos desde hoy vislumbrar la
epoca en que el arroyo sera util al interes comun de los pueblos. Como
riqueza perteneciente a todos, el trabajo asociado lo transformara en
una verdadera arteria de vida para la produccion agricola.
Los numerosos trabajos de canalizacion, presas y azudes ejecutados para
el riego de los campos en muchas partes a orillas de los rios, nos
permiten imaginar cual sera el regimen de nuestro arroyo en un porvenir
mas o menos lejano: con la prevision que nos da la ciencia, lo vemos ya
desde hoy. Como en los tiempos antiguos, antes de la explotacion del
bosque, pinos y hayas entremezclados, volveran a crecer en las faldas de
la montana, de donde bajan las primeras aguas; las raices que brotan, el
musgo que las cubre, las hierbas que la rodean y que la cabra no vendra
a arrasar, contendran en su caida las gotas de lluvia y los hilillos de
nieve fundida. En vez de convertirse en corrientes de una hora, el agua
se filtrara en el interior del suelo durante las lluvias, y descendiendo
lentamente por los poros, reaparecera en el lecho inferior del arroyo
durante las epocas de sequia. El caudal medio de la corriente sera mas
igual, y no pasara subitamente de la sequia a la inundacion. En los
abruptos declives no se ahondaran repentinamente profundos barrancos, y
las
|