na misma y unica formacion.
Sin embargo, grande es la diversidad de las rocas; el mineralogo que
recorre las montanas martillo en mano, puede recoger centenares y
millares de piedras diferentes por el aspecto y la estructura intima.
Unas son de grano igual en toda su masa; otras estan compuestas de
partes diversas y contrastan por la forma, el color y el brillo; las hay
con manchas, con rayas y con pintas; las hay translucidas, transparentes
y opacas. Unas estan erizadas de cristalizaciones regulares; otras
adornadas con arborizaciones semejantes a grupos de tamarindos u hojas
de helecho. Todos los metales se encuentran en las piedras, ya en estado
puro, ya mezclados unos con otros. Ora aparecen en cristales o en
nodulos, ora con simples irisaciones fugitivas, semejante a los reflejos
brillantes de la pompa de jabon. Hay ademas los innumerables fosiles,
animales o vegetales que contiene la roca, y cuya impresion conserva.
Hay tantos testigos diferentes de los seres que han vivido durante la
incalculable serie de los siglos pasados, como fragmentos esparcidos
existen.
Sin ser mineralogo ni geologo de profesion, el viajero que sabe mirar,
ve perfectamente cual es la maravillosa diversidad de las rocas que
constituyen la masa montanosa. Tal es el contraste entre las partes
diversas que constituyen el gran edificio, que se puede conocer desde
lejos a que formacion pertenecen. Desde una cima aislada que domina
extenso espacio, se distingue facilmente la arista o la cupula de
granito, la piramide de pizarra, o la pared de roca calcarea.
La roca granitica se revela mejor en las cercanias inmediatas del pico
principal de la montana. Alli, una cresta de rocas negras, separados
campos de nieve que ostentan a ambos lados su deslumbrante blancura,
parecen una diadema de azabache en su velo de muselina. Por aquella
cresta es mas facil llegar al punto culminante de la montana, porque asi
se evitan las grietas ocultas bajo la lisa superficie de la nieve; alli
puede sentarse con seguridad el pie en el suelo, mientras a pulso se
encarama uno de escalon en escalon en las partes escarpadas. Por alli
verificaba yo casi siempre mi ascension, cuando, alejandome del rebano y
de mi companero el pastor, iba a pasar algunas horas en el elevado pico.
Vista "de lejos", a traves de los azulados vapores, de la atmosfera, la
arista de granito parece uniforme; los montaneses, que emplean
comparaciones practicas y casi groseras, le llaman el pei
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