ro relieve de las
montanas que separa.
Desde las cumbres en que la vista se cierne mas libremente por el
espacio, tambien se ven numerosas cimas que se comparan unas con otras,
y que se hacen comprender mutuamente. Por encima del contorno sinuoso de
las alturas que se elevan al otro lado del valle, se vislumbra en
lontananza otro perfil de montana, azulada ya; despues, mas alla aun,
tercera y hasta cuarta serie de montes ceruleos. Esas filas de montes,
que van a unirse a la gran cresta de las cumbres principales, son
vagamente paralelas no obstante ser dentadas, y ora se aproximan, ora se
alejan aparentemente, segun el juego de las nubes y el andar del sol.
Dos veces al dia se desarrolla incesantemente el inmenso cuadro de las
montanas, cuando los rayos oblicuos de las auroras y los ocasos dejan en
la sombra los planos sucesivos vueltos hacia la obscuridad y banan en
claridad los que miran hacia la luz. Desde las mas lejanas cimas
occidentales a las que apenas se columbran en occidente, hay una escala
armoniosa de todos los colores y matices que puedan nacer al brillar del
sol en la transparencia del aire. Entre esas montanas hay algunas que
pudieran borrarse con un soplo, tan leves son sus torsos, tan
delicadamente estan dibujados sus trazos en el fondo del cielo.
Elevese ligero vapor, formese una bruma imperceptible en el horizonte,
dejese venir el sol, inclinandose, por la sombra, y esas hermosas
montanas, esos ventisqueros, esas piramides, se desvaneceran
gradualmente, o en un abrir y cerrar de ojos. Las contemplabamos en todo
su esplendor, y catate que han desaparecido del cielo; no son mas que
un sueno, una incierta memoria.
CAPITULO III
#La roca y el cristal#
La roca dura de las montanas, lo mismo que la que se extiende por debajo
de las llanuras, esta, recubierta casi completamente por una capa cuya
profundidad varia, de tierra vegetal y de diferentes plantas. Aqui son
bosque; alla malezas, brezos, mirtos o juncos; aculla, y en mayor
extension, el cesped corto de los pastos. Hasta donde la roca parece
desnuda y brota en agujas o se yergue en paredes, cubren la piedra
liquenes amarillos, rojos o blancos, que dan a veces la misma apariencia
a rocas de muy distinto origen. Unicamente en las regiones frias de la
cumbre al pie de los ventisqueros, al borde de las nieves, se muestra la
piedra bajo cubierta vegetal que la disfraza. Granitos, piedra caliza y
asperon parecen al viajero distraido de u
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