el abismo, ahogado bajo un derrumbamiento de nieve.
Abajo, en el valle, parecen mas dificiles de distinguir las casas del
pueblo que los bosques y grupos de arboles. Enteramente cubiertos de
nieve que hace estallar la armazon, confundense los techos con los
cercanos campos nevados. Ligera y azul humareda es la unica senal de que
viven y trabajan hombres bajo el sudario blanco. Algunas tapias, un
campanario resaltan en la monotonia del fondo. Ademas, en esos sitios no
se deja en paz a la nieve como lejos de las habitaciones humanas: el
viento, girando en torno de las casas, ha levantado a un lado montones
de nieve y la ha barrido al lado contrario. Cierto desorden en la
naturaleza indica la proximidad del hombre. Pero ahi, como en todas
partes, reina el silencio; raro es el rumor que lo turba, en el valle y
en los montes.
De todos modos, es necesario que el hombre y los demas habitantes de las
montanas salgan alguna vez de su albergue y turben el gran reposo de la
naturaleza. Unicamente la marmota, oculta en su agujero, bajo el espesor
de la nieve puede dormir durante los largos meses de invierno y esperar,
en su estado de muerte aparente, que la primavera devuelva la libertad a
los arroyos, a la hierba y a las flores. Menos feliz la gamuza, a quien
arroja la nieve de las altas cimas, tiene que andar errante junto a los
bosques, buscar su refugio entre los apretados arboles, royendoles
corteza y hojas. El hombre por su parte, tiene que dejar su morada para
el cambio de productos, compra de provisiones o satisfaccion de
compromisos con familia y amigos. Entonces hay que limpiar los montones
de nieve que se han acumulado delante de la puerta y abrirse penosamente
camino. Desde una alta casa construida en un promontorio, vi una vez a
esos entecillos casi imperceptibles, a esas negras hormigas humanas,
andar lentamente por una especie de cuneta, entre dos paredes de nieve.
Nunca me habia parecido tan infimo el hombre. En medio de la vasta
extension blanca, aquellos paseantes parecian perdidos, absurdos,
quimericos; no me explicaba como una raza compuesta de semejantes
pigmeos habia podido llevar a cabo las grandes cosas de la historia y
realizar, de progreso en progreso, lo que hoy se llama la civilizacion,
promesa de un futuro estado de bienestar y libertad.
No obstante, aun en medio de esas formidables nieves del invierno, ha
podido el hombre hacer triunfar su inteligencia y su audacia por los
caminos comerciales que
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