diodia, se salpica de gotitas
fundidas que resbalan por la superficie o penetran en las capas, hasta
que, aprisionadas otra voz por el frio, se congelan en imperceptibles
cristales. De modo que, por millares de moleculas que se funden y se
hielan de nuevo para volverse a fundir y solidificarse otra vez, la masa
de la nieve se transforma insensiblemente. Al mismo tiempo, cambia de
lugar, gracias a la gravedad que arrastra algunos milimetros las gotas
fundidas, y poco a poco las nieves que cayeron en otro tiempo en la cima
de la montana han bajado toda su pendiente. Otras nieves han ocupado su
lugar y bajaran tambien por una serie de fusiones, sin que tengan que
sufrir, al parecer, el menor cambio. Verdad es que llenen ante si toda
la infinidad del tiempo: lentamente corrsumergieranl mar, en el cual se
sumergeran algun dia. Despues de haberse sucedido dos generaciones
humanas en las llanuras, hay copo de nieve caido en el pico que todavia
no ha salido de la masa general.
Pero, por lentamente que lo haga, ese copo convertido en cristal, no
deja de adelantar. La masa nivea, que ha adquirido homogeneidad y se ha
transformado en hielo, cae al alfoz de la montana hacia el cual la
arrastra su peso. Siempre inmovil al parecer, el conjunto de hielo se ha
convertido en verdadero rio que corre por un cauce de rocas. En las
pendientes de ambos lados se ha fundido completamente la nieve del
invierno, y ocupan su lugar las flores. Todo un mundo de insectos vive y
zumba en las praderas de los pastos; el aire es suave, y el hombre guia
sus ganados por fragosidades llenas de hierba, desde las cuales la
mirada divisa en lontananza la helada corriente. Y esta, con incesante
esfuerzo, continua su viaje hacia la llanura; se extenderia por los
campos de la falda del monte, llegada hasta el mar, si la suave
temperatura de los valles inferiores, lo tibio de las brisas y los rayos
del sol no consiguieran fundir la parte mas baja de sus hielos.
En su carrera, el rio solido se las arregla lo mismo que uno de aguas
vivas. Tiene sus curvas y sus remolinos, sus bajadas y sus crecidas, sus
durmientes, sus rapidas y sus cataratas. Como el agua que se ensancha o
se estrecha, segun la forma de su cauce, asi el hielo se adapta a las
dimensiones del barranco que lo encierra; sabe amoldarse exactamente a
la roca, asi en la hoya vasta cuyas paredes se apartan a ambos lados,
como en el angosto desfiladero cuyo paso casi completamente se le
cierra. Empujado
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