los
montes cambiaron de forma y perdieron la mitad de su elevacion!
Este prodigioso trabajo de escombrado no ha podido llevarse a cabo sin
dejar en muchos sitios rastros irrecusables. Los restos que han
resbalado desde lo alto de las cimas con las nieves, que han sido
empujadas por el hielo, triturados, desmenuzados, arrastrados en
pedruscos, guijarros y arenas por el agua, no han vuelto todos al mar,
del cual habian salido en periodo anterior: enormes montones quedan aun
en el espacio que separa las atrevidas pendientes de la montana y las
tierras bajas riberenas del Oceano. En esta zona intermedia donde las
colinas se extienden en largas ondulaciones como las olas en el mar, el
suelo esta enteramente compuesto de cantos rodados y piedras
amontonadas. Todo eso son los restos de la montana que las aguas han
reducido a fragmentos menudos, transportandolos y vertiendolos en
enormes aluviones a la salida de los grandes valles. Los torrentes
bajados de las alturas revuelven a su gusto las mesetas de residuos y
hacen que sus taludes se desmoronen en el surco que han abierto. En las
pendientes del foso profundo donde serpentean las aguas, se distinguen,
en aparente desorden, las diversas rocas que han servido de materiales
al gran edificio de la montana. Ahi estan los penascos de granito y los
fragmentos de porfido; alli los esquistos de aguda arista medio hundidos
en la arena; mas alla, pedazos de cuarzo y asperon, guijarros calizos,
trozos de mineral, cristales achatados. Tambien hay fosiles de
diferentes epocas, y en los espacios en que las aguas se han
arremolinado mucho tiempo, se han parado esqueletos de animales
flotantes. Alli se han descubierto a millares las osamentas del
hiparion, del uro, del alce, del rinoceronte, del mastodonte, del mamut
y de otros grandes mamiferos que recorrian en lejanos tiempos nuestros
campos, y hoy han desaparecido, dejando al hombre el imperio del mundo.
Los torrentes que trajeron tales restos, se los llevan pedazo por
pedazo, reduciendolos a polvo. Esqueletos y fosiles, arcillas y arenas,
penascos de esquisto, asperon y porfido, todo se desmorona poco a poco,
todo emprende el camino del mar; el inmenso trabajo de denudacion que se
verifico con la gran montana, empieza de nuevo en menor proporcion con
los montones de escombros. Ahuecados por el agua, disminuyen
gradualmente de altura, se parten en colinas diferentes. No obstante,
aun aminorada por el trabajo de los siglos, derruida y ar
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