FREE BOOKS

Author's List




PREV.   NEXT  
|<   109   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123   124   125   126   127   128   129   >>  
s cenagosas y cuando el sol las seca un olor fetido se esparce por la atmosfera. Por fin, el arroyo, convertido en cloaca, entra en la ciudad, donde su primer afluente es una repugnante alcantarilla, con su enorme boca ovalada, cerrada con barrotes de hierro. Casi sin corriente, por la escasa inclinacion del suelo, la masa fangosa corre lentamente por entre dos lineas de casas con sus paredes cubiertas de algas verdosas, su maderamen roido por la humedad y sus enlucidos cayendose a pedazos. Por esas casas, donde trabajan los peleteros, los curtidores y otros industriales, la corriente cenagosa es aun una riqueza, y sin cesar los obreros aprovechan el agua nauseabunda. Sus margenes han perdido toda forma natural; ahora son murallas perpendiculares, en las que a trechos se ven algunas gradas de escalera; sus orillas estan cubiertas de resbaladizas losas; las curvas son aqui repentinas vueltas; en vez de ramas y follaje, ropas extendidas sobre cuerdas, se balancean por encima del foso, y tabiques u otras barreras, pasando de uno a otro lado, indican los limites de propiedad. Al fin la obscura masa penetra bajo una siniestra boveda. El arroyo que yo he visto salir a la luz, tan limpio y alegre en el manantial, no es ahora mas que una alcantarilla, en la que toda una ciudad arroja sus desechos. En un intervalo de algunos kilometros el contraste es grande. Alla arriba, en el libre monte, el agua centellea al sol y transparente, a pesar de la profundidad, deja ver las blancas piedras, la arena y las hierbas estremecidas de su lecho; murmura dulcemente entre las canas; los peces surcan la corriente, rapidos, como flechas de plata, y los pajaros hacen temblar la superficie al choque de sus alas. En sus orillas surgen mazos de flores; arboles llenos de savia extienden sus largos brazos, y el que se pasea a lo largo de su orilla puede tranquilamente descansar a su sombra, contemplando el esplendido cuadro que se desarrolla entre dos sinuosidades. iCuan diferente es el arroyo bajo las ciudades! El agua es igual en substancia, pero solo para el quimico. En realidad, aparece cargada de tantas inmundicias, que hasta es viscosa. No se ve luz bajo la sombria boveda, sino de trecho en trecho, en que algun rayo de sol pasa por entre barrotes de hierro, reflejandose sobre las viscosas paredes. La vida parece ausente de esas tinieblas, pero existe, no obstante; repugnantes hongos, alimentados por la podredumbre, crecen en los rincone
PREV.   NEXT  
|<   109   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123   124   125   126   127   128   129   >>  



Top keywords:

corriente

 
arroyo
 

hierro

 

trecho

 

orillas

 

paredes

 

cubiertas

 

ciudad

 
barrotes
 

boveda


alcantarilla

 

superficie

 

choque

 

kilometros

 

temblar

 
pajaros
 

flechas

 

surgen

 
intervalo
 

transparente


extienden

 

llenos

 

arboles

 

flores

 
algunos
 

rapidos

 

contraste

 

profundidad

 

arriba

 

blancas


piedras

 

hierbas

 
estremecidas
 
grande
 

surcan

 

centellea

 

murmura

 

dulcemente

 

ciudades

 

reflejandose


viscosas

 
sombria
 

inmundicias

 

viscosa

 

alimentados

 

hongos

 

podredumbre

 

crecen

 
rincone
 
repugnantes