e bocas y de poros absorbiendo
incesantemente venillas, gotas o simple humedad derivada del arroyo, la
ciudad se convierte en un inmenso organismo, en un monstruo prodigioso
absorbiendo torrentes de un solo sorbo para calmar su sed. Hay ciudades
que no se satisfacen con solo un arroyo y se alimentan a la vez de
varios, afluyendo de todos lados por acueductos divergentes. Una sola
ciudad, Londres, la capital mas populosa del mundo, consume cada dia mas
de un millon de metros cubicos de agua, los suficientes para llenar un
sitio donde pudieran flotar comodamente cien navios de gran porte.
Despues de infinitas ramificaciones por las calles y casas, el agua de
los acueductos, ya sucia por el uso y mezclada a impurezas de toda
clase, emprende nuevamente su camino para alejarse de la ciudad donde
engendraria la peste. Cada caneria vomita como boca inmunda las aguas de
uso domestico y de las calles, y se convierte en un torrente
nauseabundo; al llegar a una curva se precipita en cascada por un
tragadero. Este torrente impuro es el unico que los ninos de la ciudad
pueden estudiar y que contribuye, mas de lo que parece, a hacernos amar
a la naturaleza. Recuerdo todavia lo que hacia de nino. Cuando la fuerte
lluvia habia limpiado las piedras de la calle, llenandola casi de agua,
otros amiguitos y yo construiamos vallas, encerrabamos las aguas en un
desfiladero, la haciamos precipitar en corrientes y formabamos a
capricho islas y peninsulas. Llegados a hombres, los pequenos ingenieros
que chapoteaban en el agua con tanto jubilo, no pueden recordar sin
alegria los juegos de su infancia; a pesar suyo miran con cierta emocion
el pequeno torrente cenagoso que corre junto a la acera. iDesde los
primeros anos de nuestra ninez, en el espacio de una generacion, cuantos
y cuan diversos residuos, arrastrados por la corriente viscosa, han
seguido su camino hacia el mar! iHasta la sangre de los ciudadanos se ha
mezclado con el barro!
Todas las impuras corrientes de las calles se dirigen hacia un centro
comun que, con frecuencia, suele ser el del antiguo arroyo, de modo que
la ciudad se parece a esos polipos cuyo unico orificio se abre
alternativamente para la defecacion y el alimento. Sin embargo, en la
mayor parte de las corrientes subterraneas de nuestras ciudades, se ha
tenido el cuidado de establecer cierta separacion entre dos distintas
direcciones del agua. Tubos de hierro o de obra superpuestos, sirven de
conductos a distintas corri
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