iones de ser
habitado por los hombres, puesto que de su cieno y agua corrompida se
escapan mortales miasmas.
Llegado a estos parajes que fueron antes dominios del mar, el rio,
gradualmente contenido, se extiende cada vez mas y se hace menos
profundo. Por fin, se aproxima al mar, y sus aguas dulces, resbalando
tranquilas, van a chocar contra las ondas espumosas de agua salada que
se agitan con estruendo continuo. En el choque de los masas liquidas,
el agua del rio se mezcla pronto con las olas del inmenso abismo, pero,
aun despues de confundida, trabaja todavia. Todas las nubes de barro,
que habia arrancado de sus orillas superiores y que tenia aun en
suspension, son rechazadas por las olas hacia el lecho fluvial; no
pudiendo ir mas lejos, se depositan en el fondo y forman asi una especie
de baluarte movil sirviendo de limite temporal entre los dos elementos
en lucha. Aunque depositandose molecula sobre molecula, el banco, que
obstruye la boca del rio, no cesa de trasladarse para formarse mas
lejos. Empujado por la corriente fluvial, incesantemente aumentado por
nuevos arrastres, el barro es llevado hacia dentro del mar, y poco a
poco la masa entera ha ido progresando.
De siglo en siglo, de ano en ano, de dia en dia, ese rio que parece
debil ante el poderoso mar, consigue penetrar en el, y hasta se puede
calcular cuanto avanzara en un periodo dado por la uniformidad de su
marcha. Pues bien, esta victoria del rio sobre el oceano, es debida a
los mil pequenos arroyuelos y arroyos de las laderas y los montes. Ellos
son los que han roido las paredes de los desfiladeros, los que arrastran
los fragmentos de roca, los que muelen y trituran las piedras, y los que
arrastran la arena y diluyen la arcilla. Ellos son tambien los que poco
a poco rebajan los continentes para engancharlos hacia el mar en vastas
llanuras en donde tarde o temprano construira ciudades y practicara
puertos.
CAPITULO XX
#El cielo de las aguas#
Lo mismo que los grandes rios, el Rodano, Danubio o la corriente del
Amazonas, el mar esta compuesto por millones de arroyos que afluyen a
sus tributarios. Una vez mezcladas en el rio sus aguas, afluyendo de
todos los puntos de los continentes, se mezclan de un modo mas completo
en la inmensa profundidad del abismo marino, bastante grande para
contener toda el agua que todos los rios arrojarian durante cincuenta
millones de anos. Por sus movimientos de flujo y reflujo; sus
movimientos ondulados, su
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