mirada pueda alcanzar numerosas perspectivas por debajo de
las ramas. En muchos sitios deja pasar la verde boveda la luz del cielo:
la sombra gris y el rayo suavemente dorado oscilan segun el movimiento
del follaje: musgos y liquenes que cubren con sus tapices la rugosa
corteza, acrecen la suavidad de luces y sombras fugitivas. Los mismos
arboles, bien irguiendose aislados, bien formando grupos, difieren de
aspecto y de forma. Casi todos, por los surcos de la corteza y la
direccion de sus ramas, parecen haber sufrido un movimiento de torsion
de izquierda a derecha; pero mientras unos tienen el tronco bastante
liso y bifurcan regularmente sus ramas, otros tienen extranas jorobas,
nudos y verrugas caprichosamente adornadas con hojas. Hay arboles viejos
de enorme tronco que han perdido sus ramas mayores a consecuencia de las
tempestades y las han sustituido con tallitos puntiagudos como lanzas:
otros conservan completo el ramaje, pero estan podridos por dentro;
royoles el tronco el tiempo, abriendoles profundas cavernas y no
dejandoles a veces mas que una ligera capa de madera cubierta de corteza
para sostener todo el peso de la vegetacion superior. Vese de cuando en
cuando en el suelo huella de una cepa de poderosa dimension: desaparecio
el arbol, pero alrededor de aquella ruina vegetal crecen otros castanos,
unidos antes al gigantesco pilar y aislados ahora, encogidos, limitados
a su ruin individualidad. De modo que el bosque presenta diversidad
grandisima. Al lado de arboles bien crecidos, de aspecto soberbio y
porte majestuoso, hay grupos cuyas extranas formas evocan en la
imaginacion los monstruos del sueno o de la fabula. Mucho mas
semejantes unas a otras son las hayas, que tambien gustan de asociarse y
formar bosques, como los castanos. Casi todas son rectas como columnas,
y la extension abierta entre los fustes permiten a la vista alcanzar
largas distancias. Las hayas son lisas, de brillante corteza cubierta
por el liquen, y de verde musgo en la base; mazorquillas de hojas
adornan la parte baja del tronco, pero los ramajes se extienden a quince
metros de altura y se unen de arbol en arbol en continua boveda,
perforada por rayos paralelos que forman dibujos en la hierba. El
aspecto de la selva es severo y hospitalario al mismo tiempo.
Suave claridad, compuesta de hacecillos brillantes y a la cual comunican
entonacion verde las hojas, llena los paseos y se mezcla con la sombra
para producir una impresion de luz ceni
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