sion hasta a los hombres ociosos y
estragados: se dispararan barrenos entre las grietas de los ventisqueros
para ensenar a los papanatas la contextura del cristal: se estableceran
ascensores mecanicos junto a las paredes de los montes inaccesibles en
otro tiempo, y los que viajan por recreo se haran subir a lo largo de
los vertiginosos muros fumandose un cigarro y hablando de cosas
escandalosas.
iPero si ya se sube a las cumbres en ferrocarril! Ahora han discurrido
los inventores locomotoras de montana para que podamos respirar el aire
libre del cielo durante la hora de digestion que sigue a la comida. Los
americanos, gente practica hasta en la poesia, han inventado este nuevo
sistema de ascension. Para llegar pronto y sin cansancio al vertice de
su mas venerada montana, a la cual han dado el nombre de Washington,
heroe de la independencia, la han enlazado con la red de sus
ferrocarriles. Rocas y pastos estan rodeados de una espiral de rieles
que suben y bajan alternativamente los trenes silbando y desenrollando
sus anillos como gigantescas serpientes. Hay una estacion en la cima y
tambien fondas y kioscos de estilo chinesco. El viajero que va en busca
de emociones encuentra alli bizcochos, licores y poesias a la salida
del sol.
Lo que han hecho los americanos en el monte Washington, lo han imitado a
escape los suizos en el Righi, en el centro del panorama grandioso de
lagos y montanas. Tambien lo han hecho en el Utli; lo haran en otros,
llevando sus cumbres, como si dijeramos, al nivel de la llanura. La
locomotora pasara de valle en valle y por encima de los picos, como pasa
un barco subiendo y bajando encima de las olas del mar. Cuanto a las
altas cuspides de los Andes y del Himalaya, sobradamente elevadas en la
region del frio para que el hombre pueda subir a ellas directamente, ya
vendra dia en que se las arregle para alcanzarlas. Ya le han llevado los
globos a dos o tres kilometros mas de altura: otras naves aereas iran a
dejarle encima del Gaurisankar, sobre la "Gran Diadema del Cielo
brillante".
En esa gran labor de arreglo de la naturaleza no basta con hacer facil
la subida a los montes; en caso necesario se intenta suprimirlos. No
contentos con hacer escalar a sus carreteras los montes mas arduos, los
ingenieros perforan las rocas que le estorban para que pasen sus vias de
hierro de valle a valle. A pesar de cuantos obstaculos ha puesto a su
camino la naturaleza, el hombre pasa y hace una tierra nueva apr
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