acion hiciera, vivir seres superiores en los valles
misteriosos y en las cimas radiantes. Verdad es que aquellos seres no
tenian derecho al dictado de dioses; maldecidos por la iglesia, se
transformaban en diablos, en demonios maleficos, o tolerados por ella,
se convertian en genios tutelares, dioses de contrabando, invocados
unicamente a hurtadillas.
Jupiter, Apolo y Venus habian descendido de su trono y se habian
refugiado en el fondo de antros: aquellos cuyo augusto rostro irradiaba
la luz, quedaban condenados a vivir para siempre en las tenebrosas
cavernas. Las fiestas del Olimpo se habian transformado en aquelarres a
los cuales iban asquerosas brujas cabalgando en escobas a evocar al
diablo en las noches borrascosas. Ademas, el clima frio, el nublado
cielo de nuestras comarcas del Norte habian de contribuir en gran parte
a la reclusion de los antiguos dioses. Entre nieves y vientos, en medio
de las tempestades, ?como habian de poder solazarse en alegres
banquetes, saborear la ambrosia y taner la aurea lira? Apenas se podia
sonar con su presencia en aquellos palacios fantasticos edificados en un
momento por los rayos del sol en las resplandecientes cuspides y no
menos rapidamente desaparecidos como ensuenos o vanos espejismos.
Dioses y genios son las personificaciones de cuanto tiene y de cuanto
desea el hombre. Todos sus terrores y todas sus pasiones tomaban en otro
tiempo sobrenatural forma. Asi es que uno de los espiritus de la montana
son magos formidables que abrasan la hierba de los pastos, matan el
ganado, malefician a los caminantes, cuando otros, en cambio, son seres
benevolos, cuyos favores conquista una jarra de leche vertida o un
sencillo conjuro. Al buen genio se dirige el pastor para que acreciente
sus rebanos con chotos y corderos vigorosos y perfectos. A el
especialmente acuden jovenes y viejos, hombres y mujeres, para pedirle
lo que desgraciadamente seria para todos la alegria suprema de la vida,
oro, riquezas, un tesoro. Cuentannos antiguas tradiciones como los
genios de la montana se meten por las venas de la tierra para
introducir en ellas cristales y metal, para mezclar diversamente
minerales y tierras. Otras leyendas dicen como y a que hora hay que
golpear la piedra sagrada que tapa las riquezas, que senales hay que
hacer, que extranas silabas hay que pronunciar. Pero si algo se olvida,
si en vez de un sonido se oye otro, todos los conjuros son ineficaces.
He visto enormes excavaciones pra
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