e parece que sera imposible que
suba alla aquel tonel; y como ha cobrado buena fama[159], se ha echado
a dormir de aquella suerte.
--Atengome--dijo don Cleofas--a aquel caballero tasajo que tiene el
alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un habito[160]
que le he visto en una ropilla[161] a la cabecera, y no es el mayor
remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la
cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no mas.
--Aquel--dijo el Cojuelo--es pretendiente, y esta demasiado de gordo y
bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de
Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le esta
bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas esta hecho
diluvio[162] en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil
anos[163] espero verle jugar canas[164] por el nacimiento de algun
principe.
--?Que mucho--dijo don Cleofas--si es tabernero y puede emborrachar a la
Fortuna?
--No hayas miedo--dijo el Cojuelo--que se vea en eso aquel alquimista
que esta en aquel sotano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena
de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de
ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el
oro; que ha diez anos que anda en esta pretension, por haber leido el
arte de Reimundo Lulio y los autores quimicos que hablan[165] en este
mismo imposible.
--La verdad es--dijo don Cleofas--que nadie ha acertado a hacer el oro
si no es Dios, y el sol, con comision particular suya.
--Eso es cierto--dijo el Cojuelo--, pues nosotros no hemos salido con
ello. Vuelve alli, y acompaname a reir de aquel marido y mujer, tan
amigos de coche, que todo lo que habian de gastar en vestir, calzar y
componer su casa lo han empleado en aquel que esta sin caballos agora, y
comen y cenan y duermen dentro del, sin que hayan salido de su
reclusion, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro anos que ha
que le compraron[166]; que estan encochados, como emparedados, y ha sido
tanta la costumbre de no salir del, que les sirve el coche de conchas,
como a la tortuga y al galapago, que en tarascando cualquiera dellos la
cabeza fuera del, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de
su natural, y se resfrian y acatarran en sacando pie, pierna o mano
desta estrecha religion; y pienso que quieren ahora labrar un desvan en
el para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a
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