lviendose a juntar, se mataron a
palos, dando barato[385], de camino, a los oyentes, que les respondieron
con algunos punetes y coces. Y como llegaron a Ecija con las varas de
los alguaciles de Cordoba, pensando que traian alguna gran comision de
la Corte, llego la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a
lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiendose de la
ocasion, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos
de rey; y preguntandoles que era el negocio que traian para Ecija, el
Cojuelo les respondio que era contra los medicos y boticarios, y visita
general de beatas; y que a los medicos se les venia a vedar que despues
de matar un enfermo, no les valiese[386] la mula por sagrado; y que,
cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que
errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen[387]
en los cimenterios de las mulas de los medicos, que son las ancas[388];
y que a las beatas se les venia a quitar el tomar tabaco, beber
chocolate y comer jigote.
Pareciole al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenia su punta de hacer
jacaras y entremeses, que hacian burla dellos, y quiso agarrallos para
dar con ellos en la trena, y despues sacudilles el polvo y batanalles el
cordoban, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones[389]; y
levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don
Cleofas por la mano, se desaparecieron, entre la colera y
resolucion[390] de los ministros ecijanos, dejandolos tosiendo y
estornudando, dandose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo
los neblies de la mas obscura Noruega[391] puntas a diferentes partes; y
dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir[392]
por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y
Portocarreros, y de quien fue dueno aquel gran cortesano y valiente
caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazon excedio muchas varas a su
estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosisimo y monte de Clovio,
valeroso capitan romano, y posesion hoy de otro Portocarrero y Enriquez,
no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes,
de quien fue marques el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzman
el Bueno, que, despues de muchos servicios a su rey, murio en Flandes
con lastima de todos y envidia de mas, hijo de la gran casa de
Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por
sangre y por sus personas esclarecid
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