retado el toro, llegaron desde la plaza a caballo,
diciendoles:
--Senor Licenciado y senor Cojo, bajen aca, que los llama el senor
Corregidor.
Y haciendo don Cleofas y su companero orejas de mercader, comenzaron los
ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y
agarrandose cada uno de la suya, a vara por barba[370], dijeron a los
tales ministros, quitandoselas de las manos de cuajo:
--Sigan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos.
Y levantandose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos
alguaciles, capados de varas, pedian a los gorriones "iFavor a la
justicia!"[371], quedandose suspensos y atribuyendo la agilidad de los
nuevos volatines a sueno, haciendo tan alta punta[372] los dos halcones,
salvando a Guadalcazar, del ilustre Marques de este titulo, del claro
apellido de los Cordovas, que dieron sobre el rollo de Ecija, diciendole
el Cojuelo a don Cleofas:
--Mira que gentil arbol berroqueno, que suele llevar hombres, como otros
fruta.
--?Que coluna tan grande es esta?--le pregunto don Cleofas.
--El celebrado rollo[373] del mundo--le respondio el Cojuelo.
--Luego ?esta ciudad es Ecija?--le repitio don Cleofas.
--Esta _es_ Ecija, la mas fertil poblacion de Andalucia--dijo el
Diablillo--, que tiene aquel sol[374] por armas a la entrada de esa
hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso rio que
tiene su solar en Sierra Nevada, y despues, haciendo con el Darro
maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y
tanto pueblo de abril y mayo[375]. De aqui fue Garci Sanchez de
Badajoz[376], aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente
se coge el algodon[377], semilla que en toda Espana no nace, ademas de
otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender
la gente necesitada; su comarca tambien es fertilisima[378]. Montilla
cae aqui a mano izquierda, habitacion de los heroicos marqueses de
Priego, Cordovas y Aguilares, de cuya gran casa salio, para honra de
Espana, el que merecio llamarse Gran Capitan por antonomasia, y hoy a su
Marques ilustrisimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin
hijos aquel gran portento de Italia, que malogro la Fortuna, de envidia;
cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente
las lenguas de la Fama. Mas abajo esta Lucena, del Alcaide de los
Donceles, Duque de Cardona, en cuyo oceano de blasones se anego la gran
casa de
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