n verbo griego el gerundio. Aquel que esta a la
puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzon
blanco, le han traido porque, siendo cochero, que andaba siempre a
caballo, tomo oficio de correo de a pie. Esotro que esta en esotro de
mas arriba con un halcon en la mano, es un caballero que, habiendo
heredado mucho de sus padres, lo gasto todo en la cetreria y no le ha
quedado mas que aquel halcon en la mano, que se las come de hambre. Alli
esta un criado de un senor que, teniendo que comer, se puso a servir.
Alli esta un bailarin que se ha quedado sin son, bailando en seco. Mas
adelante esta un historiador que se volvio loco de sentimiento de
haberse perdido tres decadas de Tito Livio. Mas adelante esta un
colegial cercado de mitras, probandose la que le viene mejor, porque dio
en decir que habia de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, esta un
letrado que se desvanecio en pretender plaza de ropa[223], y de letrado
dio en sastre, y esta siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra
celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, esta
sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede,
se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo mas que
un pastel[224] de a cuatro, ni cenando mas que una ensalada de pepinos,
y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es
un musico sinsonte, que remeda los demas pajaros, y vuelve de cada
pasaje como de un parasismo. Esta preso en esta carcel de los delictos
del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase,
dejaba de cantar.
--Impertinencia es esa casi de todos los desta profesion.
--En el brocal de aquel pozo que esta en medio del patio se esta mirando
siempre una dama muy hermosa, como lo veras si ella alza la cabeza, hija
de pobres y humildes padres, que queriendose casar con ella muchos
hombres ricos y caballeros, ninguno la contento, y en todos hallo una y
muchas faltas, y esta atada alli en una cadena porque, como Narciso,
enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de
espejo, no teniendo en lo que pisa[225] al sol ni a todas las estrellas.
En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, esta
un demonio casado, que se volvio loco con la condicion de su mujer.
Entonces don Cleofas le dijo al companero que le ensenaba todo este
retablo de duelos:
--Vamonos de aqui, no nos embarguen[226] por alguna locura que noso
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