ndio el Diablillo--; que no nos han conocido
ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que
viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta
en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el
Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y
ladron, y estoy harto cansado con el y con ellas porque le llaman asi,
que es una satira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho;
pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del
gato[563], como dicen.
--Muy grande atrevimiento--dijo don Cleofas--ha sido quererlas apostar
contigo, siendo tu el demonio mas travieso del infierno, y no te la hara
nadie que no te la pague.
--Estos pobres--dijo Cojuelo--, como son de Sevilla, campan tambien de
valientes[564], y reniran con los diablos; pero no se alabara, si yo
puedo, este de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me
han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y
pobres[565]; que los demas embusteros y gente deste genero pasan por
demonios como yo.
En esto, se habia acomodado o sentadose en el suelo el Piedepalo, Diablo
Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterias a las damas, y
entro el Murcielago, llamado asi porque pedia de noche a gritos por las
calles, con Sopaenvino, que le habia encontrado agazapado en una taberna
y sacado por el rastro de los mosquitos que salian del, como de la cuba
de Sahagun. Convidoles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno,
que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los
lirones[566]; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo
por mejor asiento, porque cualquiera cosa mas alta los desvanecia, y
estando en esto, entro un pobre en un carreton, a quien llamaban el
Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesia; y el,
quitandose un sombrerillo que habia sido de un carril[567] de un pozo,
dijo:
--Por mi amor que se esten quedos y quedas, o me volvere a ir.
Temieron el disfavor, y llegandole el muchacho que le traia el carreton
a la mesa donde se jugaba, pidio cartas. Faraon, que era uno de los del
juego, llamado desta suerte porque pedia con plagas a las puertas de las
iglesias, y el Sargento, nombrado asi porque tenia un brazo menos[568],
le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que
despues harian lo que les mandaba; viniendose el Duque con el Marqu
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