ndido como gran senor.
Con esta platica llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se
llama el Candilejo[436], y atravesando por cal[437] de Abades, la
Borciguineria[438] y el Atambor[439], llegaron a las calles[440] del
Agua[441], donde tomaron posada, que son las mas recatadas de Sevilla.
En este tiempo, a nuestro Astrologo o Magico se lo habia llevado de una
aplopejia[442] el demonuelo zurdo que sustituia al Cojuelo, y bajo a
pedir justicia a Lucifer en el gueeso del alma, sin las mondaduras del
cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y dona Tomasa, no olvidando
los desaires de don Cleofas, trataba con otra requisitoria de venir a
Sevilla, con un galan nuevo que tenia, soldado de los galeones, para
tomar venganza casandose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia
de mala mano[443], sabiendo que se habia escapado alla. Don Cleofas y su
camarada no salian de su posada, por desmentir las espias de Cienllamas
y de Chispa y Redina, y subiendose a un terrado una tarde, de los que
tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo
alto mas particularmente los edificios de aquella populosa ciudad,
estomago de Espana y del mundo, que reparte a todas las provincias del
la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es
avestruz de la Europa, pues digiere mas generosos metales)[444],
espantandose don Cleofas de aquel numeroso ejercito de edificios, tan
epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucia, le dijo
a su companero:
--Ensename desde aqui algunos particulares, si se descubren a la vista.
El Cojuelo le dijo:
--Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurriras que
esa bellisima fabrica que esta arrimada a ella es la Iglesia Mayor y
mayor templo de cuantos fabrico la antigueedad ni el siglo de agora
reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte
que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera[445], y el
candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta
ostentacion y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado
tanto[446]. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fabrica y
modelo[447]; su trascoro no perdono piedra esquisita y preciosa a los
minerales; su monumento es un templo portatil de Salomon[448].
Pero salgamonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no
podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se
llama la Lonja[449], cor
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