Darazutan[304], que es en
Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas[305] de aqui.
--No importa--dijo don Cleofas--, si eres demonio de portante[306],
aunque cojo.
Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de si
mismos[307], y el Gueesped, desde la puerta, dandole voces al Estudiante
cuando le vio por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y
don Cleofas respondiendo que en volviendo del Andalucia cumpliria con
sus obligaciones; y el Gueesped, que parecia que lo sonaba, se volvio
santiguando y diciendo:
--Pluguiera a Dios, como se me va este, se me fuera el Poeta, aunque se
me llevara la cama y todo asida a la cola.
Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofas descubrian la dicha venta, y,
apeandose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y el
les dijo que no habia quedado en la venta mas que un conejo y un
perdigon, que estaban en aquel asador entreteniendose a la lumbre.
--Pues trasladenlos a un plato--dijo don Cleofas--, senor Ventero, y
venga el salmorejo[308], poniendonos la mesa, pan, vino y salero.
El Ventero respondio que fuese en buen hora; pero que esperasen que
acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la
venta no habia otra mesa mas que la que ellos ocupaban. Don Cleofas
dijo:
--Por no esperar, si estos senores nos dan licencia, podremos comer
juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas.
Y sentandose los dos al paso que lo decian, fue todo uno, trayendoles el
Ventero la porcion susodicha, con todas sus adherencias y
incidencias[309], y comenzaron a comer en compania de los estranjeros,
que el uno era frances, el otro ingles, el otro italiano y el otro
tudesco, que habia ya pespuntado la comida mas aprisa a brindis de vino
blanco y clarete, y tenia a orza la testa[310], con senales de vomito y
tiempo borrascoso, tan zorra[311] de cuatro costados[312], que pudiera
temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano pregunto a don
Cleofas que de adonde venia, y el le respondio que de Madrid. Repitio el
Italiano:
--?Que nuevas hay de la guerra, senor Espanol?
Don Cleofas le dijo:
--Agora todo es guerra.
--Y ?contra quien dicen?--replico el Frances.
--Contra todo el mundo--le respondio don Cleofas--, para ponerlo todo el
a los pies del Rey de Espana.
--Pues a fe--replio el Frances--que primero que el Rey de Espana....
Y antes que acabase la razon el Gabacho, dijo don Cleofas:
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