siempre sucede hacerse una
comedia como esta, y sera tanta la ganancia, que podra muy bien a sus
ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y
atencion, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de
chirimias y atabalillos, Priamo, rey de Troya, y el principe Paris, y
Elena, muy bizarra en un palafren, en medio, y el Rey a la mano derecha
(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y
luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil
duenas a caballo.
--Mas dificultosa apariencia es esa que esotra--dijo uno de los
oyentes--, porque es imposible que tantas duenas juntas se hallen.
--Algunas se haran de pasta[277]--dijo el Poeta--, y las demas se
juntaran de aqui para alli; fuera de que si se hace en la Corte, ?que
senora habra que no envie sus duenas prestadas para una cosa tan grande,
por estar los dias que se representare la comedia, que sera, por lo
menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?[278]
Hubieronse de caer de risa los oyones[279], y de una carcajada se
llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y
el prosiguio diciendo:
--No hay que reirse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de
rellenar el mundo de comedias mias, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso
monstruo espanol y nuevo Tostado en verso) nino de teta conmigo, y
despues me he de retirar a escribir un poema heroico para mi
posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su
vida que roer silabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:--amagando a
comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando
todos a una voz le dijeron que lo dejase para mas espacio, y el Gueesped,
indignado, que sabia poco de filis[280], le volvio a advertir que no
habia de estar un dia mas en la posada.
La encamisada[281], pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar
con el Gueesped el caso[282], y don Cleofas, sobre un _Arte poetica_ de
Rengifo[283], que estaba tambien corriendo borrasca entre esotros
legajos por el suelo, tomo pleito homenaje[284] al tal poeta, puestas
las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiria mas comedias
de ruido, sino de capa y espada, con que quedo el Gueesped satisfecho; y
con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su
comedia en la mano, se quedo tan aturdido sobre la suya, que aposto a
roncar con los Sietes Durmientes[285], a peligro de
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