Cojuelo,
que es buen mensajero_,
que me traigan a fulano luego
a mi querer y a mi mandar."
Y asi, en 1668, Agueda Rodriguez, vecina de Madridejos, tambien
procesada por hechiceria[30]:
"..._Diablo Cojuelo,
traemele luego_;
diablo del pozo,
traemele, que no es casado; que es mozo;
diablo de la Quinteria,
traemele en la feria;
diablo de la plaza,
traemele en danza...."
Teniase al Diablo Cojuelo, como dice el refran, por el mas listo de
todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisicion de Valencia en
1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, "hiciese vn
conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como
muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodillo delante
de la escoba, y sin hacer cruz, juntas las manos, dixo:
Marta, Martica,
no la santa ni la digna,
ni la digna de rogar,
ni la que esta en el altar,
sino la que de noche andas por las beredas
y los dias por las encrebelladas,
yo te conjuro con Satanas y con Barrabas,
con Bercebu y todos los diablos,
_y con el diablo coxo,
que corre mas que todos_,
que todos vais a fulano
y le deis tiempo para vestirse
y le traigais por puntos ante mi y mis ojos,
sin hacerle mal"[31].
Corria mas, y tenia mas poder que sus iguales y superiores, o no supo lo
que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni Maria
Castellanos cuando lo declaro ante la Inquisicion de Toledo en 1631[32],
pues decia: "... que tomo en las manos dicha Isabel del Poco un poco de
sal de sardinas y cilantro, lo qual mezclo todo y lo echaba de una mano
en otra diciendo:
Conjurote, sal y cilantro,
con Barrabas,
_con el Diablo cojuelo, que puede mas._
No te conjuro por sal y cilantro,
sino por el corazon de fulano;
y echando la sal y cilantro en la lumbre, proseguia diciendo:
Asi como te has de quemar,
se queme el corazon de fulano,
y aqui me le traygas,
y conjurote por la reina Sardineta,
y con la tataranieta,
y con los navegantes que navegan por la mar."
Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y
holgorios y a meter en danza a los mortales, haciendoles ganar el
infierno alegremente, de ningun texto inquisitoria
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