, se vio emparedado de carbon, y todos
los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que
suele ser siempre del dinero que da el diablo[636], y tan sitiado desta
mercaderia, que fue necesario salir por una ventana que estaba junto al
techo, y en saliendo, se le volvio todo el carbon ceniza; que si no
fuera ansi, tomara despues por partido dejar lo alguacil por carbonero,
si fuera el carbon de la encina del infierno[637], que nunca se acaba,
amen, Jesus.
El Cojuelo iba dando notables risadas entre si, sabiendo lo que le habia
sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal
de Tintores[638] a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy
pocos pasos, volvio la cabeza y vio que le venian siguiendo Cienllamas,
Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzo a correr, y ellos tras
el, a grandes voces diciendo:
--iTengan ese cojo ladron!
Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venia un escribano
del numero[639] bostezando, y metiosele el Cojuelo por la boca, calzado
y vestido, tomando iglesia, la que mas a su proposito pudo hallar[640].
Quisieron entrarse tras el a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y
Cienllamas, y salio a defender su juridicion una cuadrilla de sastres,
que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a
Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se habia de
hacer; y lo que trujo[641] en los aires fue que, con el Escribano y los
sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos[642]. Ejecutose como se
dijo, y fue tanto lo que los revolvio el Escribano, despues de haberle
hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel
partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los
sastres en rehenes, para unas libreas que habian de hacer a Lucifer a la
festividad del nacimiento del Antecristo; tratando dona Tomasa,
desenganada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofas,
de volverse a Alcala a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal
suceso de la prision de su Diablillo, desenganado de que hasta los
diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los
diablos[643]. Con que[644] da fin esta novela, y su dueno gracias a
Dios porque le saco della con bien, suplicando a quien la leyere que se
entretenga y no se pudra en su leyenda[645], y vera que bien se halla.
Notas:
[Nota 1: En la conferencia leida en el teatro Espanol la noche del 4
de febrero de 19
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