fuere tan Hijo
Prodigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilicitas, quedare sin
ninguno sobre que caer poeta[616]; mandamos que en tal caso, en pena de
su pecado, guarde cochinos.
"Item, que ningun poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos
veces en la semana.
"Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le de de plazo mas
que un ano y medio, y que lo que mas tardare se entienda que es falta de
la musa; que a los poetas satiricos no se les de lugar en las academias,
y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesia noble, y
que se pregonen las tallas[617] de sus consonantes, como de hombres
facinerosos a la republica. Que ningun hijo de poeta que no hiciere
versos no pueda[618] jurar por vida de su padre, porque parece que no es
su hijo.
"Item, que el poeta que sirviere a senor ninguno[619], muera de hambre
por ello.
"Y, al fin, estas prematicas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como
si fueran leyes establecidas de nuestros principes, reyes y emperadores
de la Poesia. Mandanse pregonar, porque venga a noticia de todos."
Celebradisimo fue el papel de _el Enganado_ por peregrino y caprichoso,
sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho _el Enganador_,
llamado asi en la Academia y en los tres hemisferios[620], y fiscal de
la presente, que decia desta manera:
"PRONOSTICO Y LUNARIO DEL ANO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y
MADRID, CONTRA LOS POETAS, MUSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR "EL
ENGANADOR", ACADEMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A
PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE
BUENA";
interrumpiendo estas ultimas razones un alguacil de los veinte[621],
guarnecido de corchetes[622] (y tantos, que si fueran de plata,
pudiera[623] competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando
vuelven de retorno con las entranas del Potosi y los corazones de los
que los esperan y los traen), dona Tomasa y su soldado, como entraron
por la posta para estar a la vista de la ejecucion de su requisitoria;
la Academia se altero con la intempestiva visita, y el atrevido
Alguacil dijo:
--Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a
prender no menos que al senor Presidente, porque es orden de Madrid, y
la he de hacer de Evangelio[624].
Palotearon los academicos, y don Cleofas se espeluzo tanto y cuanto, y
el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo:
--No te sobresaltes[625], don Cleofas, y dejate pre
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