cuello que comience la sesion.
Dos elementos de desorden minaban la _Fontana_: la ignorancia y la
perfidia. En el primero ocupaba un lugar de preferencia el barbero
Calleja. Este patriota capitaneaba una turba de aplaudidores semejantes
a el, y la tal cuadrilla alborotaba de tal modo cuando subia a la
tribuna un orador que no era de su gusto, que se penso seriamente en
prohibirle la entrada.
En la noche a que nos referimos, nuestro hombre daba con sus pesadas
manos tales palmadas, que sonaban como golpes de batan y los demas
metian ruido dando porrazos en el suelo con los bastones. En vano pedian
silencio y moderacion los del interior, personas entre las cuales habia
diputados, militares de alta graduacion, oradores famosos. Los
bullangueros no callaron hasta que subio a la tribuna Alcala Galiano.
Era este un joven de estatura mas que regular, erguido, delgado, de
cabeza grande y modales desenvueltos y francos. Tenia el rostro
bastante grosero, y la cabeza poblada de encrespados cabellos. Su boca
era grande, y muy toscos los labios; pero en el conjunto de la fisonomia
habia una clara expresion de noble atrevimiento, y en su mirada profunda
la penetracion y el fuego de los ingenios de la antigua raza.
Comenzo a hablar relatando un suceso de la sesion anterior, que habia
dado ocasion a que salieran de la _Fontana_ Garelli, Toreno y Martinez
de la Rosa. Indico las diferencias de principios que en lo sucesivo
habian de separar a los moderados de los exaltados, y pinto la situacion
del Gobierno con exactitud y delicadeza. Pero cuando con mas robusta voz
y elocuencia mas vigorosa hacia un cuadro de las pasadas desdichas de la
nacion, ocurrio un incidente que le obligo a interrumpir su discurso.
Era que se oia en la calle fuerte ruido de voces, el cual crecio
formando gran algazara. Muchisimos se levantaron y salieron. El
auditorio empezo a disminuir, y al fin disminuyo de tal modo, que el
orador no tuvo mas remedio que callarse.
Cortado y colerico estaba el andaluz cuando bajo de la tribuna. [Nota 1:
El mismo Alcala Galiano refiere con mucha franqueza este suceso en sus
anotaciones a _Historia de Espana_, por Durham.] El tumulto aumentaba
fuera, y por fin no quedaron en el cafe sino cinco o seis personas.
Estas querian satisfacer la curiosidad, y acompanadas del mismo Galiano,
salieron tambien.
En diez minutos la _Fontana_ se quedo sin gente, y el rumor exterior
pasaba, se oia cada vez mas lejano, porque andaba a bu
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