rtas, no fies al papel ni una idea sobre este punto,--le dijo
Elias con severidad.
--Y digame usted--continuo el del cafe, bajando la voz como si
temiera ser oido por Robespierre;--digame usted, ?cuando se alza la
Guardia Real?
--No se--dijo Elias, encogiendose de hombros.
--Dicen que la _Santa Alianza_ ha escrito al Rey.
Elias debia ser hombre prudentisimo, porque contesto "no se" a secas
como a la primera pregunta.
Entonces se oyo otra vez, aunque muy lejano, el mismo ruido de voces,
que hizo salir del club a toda la concurrencia.
"Creo que piensan allanar la casa de Toreno.
--Bien: me alegro--dijo el viejo con siniestra satisfaccion.--Veo que
empiezan a devorarse unos a otros. No podia suceder otra cosa. iOh! Yo
entiendo a esta canalla. ?Y que habia de suceder? ?Espana podra estar
mucho tiempo en manos de una gavilla de pensadores desesperados? Si esto
durara, yo dudaria de la Providencia, que arregla a las naciones como da
aliento a los individuos, Espana esta sin Rey, que es estar sin gloria,
sin vida y sin honor. ?Habia, por ventura, Constitucion cuando Espana
fue el primer pais del mundo? Eso de hacer el pueblo las leyes es lo mas
monstruoso que cabe. ?Cuando se ha visto que el que ha de ser mandado
haga las leyes? ?Seria justo que nuestros criados nos mandaran? Aqui no
hay Rey ni Dios esto se acabara; yo te jure que se acabara."
Al decir esto, el viejo abria los ojos y apretaba los punos con furor.
El del cafe no pudo resistir al encanto de tanta elocuencia, levantose
de su tripode y le abrazo. Al alargar sus manos con entusiasmo, una
botella cayo y fue rodando hasta dar un golpe a Robespierre, el cual,
despertando subitamente, dio un atroz maullido y fue a buscar regiones
mas tranquilas en lo alto del armario de los bizcochos.
Elias saco de su bolsillo una pequena faja negra, que le servia de
tapabocas, se la envolvio al cuello y se dispuso a salir. El cafetero,
con su oficiosidad acostumbrada en presencia de aquel personaje, se
dirigio a abrirle la puerta. Ya principiaba a despuntar el dia. El viejo
realista salio sin saludar a su amigo y tomo la direccion de su casa.
CAPITULO III
#Un lance patriotico y sus consecuencias#.
Don Elias cruzaba la Carrera de San Jeronimo, cuando vio que hacia el
venian unos cuantos hombres que reian y gritaban dando vivas a la
Constitucion y a Riego. Trato de evitar el encuentro, y tomo la otra
acera; pero ellos pasaron tambien, y uno le det
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