ales sentimientos
de amistad y afecto, estaba a los cuarenta anos enardecido con una
fuerte y violentisima pasion. Esta pasion era el amor al despotismo, el
odio a toda tolerancia, a toda libertad; era un realista furibundo,
atroz, y su fanatismo llegaba hasta hacerle capaz de la mayor
abnegacion, del sacrificio, del martirio. Su caracter era apasionado por
naturaleza, aunque los asiduos estudios le habian comprimido y
desfigurado. Pero al llegar a aquella epoca, en que era imposible a todo
espanol apartar la vista del gran problema que se trataba de resolver,
la escondida vehemencia de sentimientos de Elias se manifesto, y no en
forma de amor, ni de avaricia, ni de ambicion: se manifesto en forma de
pasion politica, de adhesion frenetica a un sistema y odio profundo al
contrario.
Como consecuencia de esta evolucion de su caracter, se desarrollaron en
el una fuerza de voluntad y una energia tales, que le hubieran llevado a
los mas grandes hechos, a tener ocasion para ello. Su inteligencia, que
era muy perspicaz y cultivada del modo que hemos dicho, prestaba mas
fuerza a aquel sentimiento exagerado; y el consorcio extrano de sus
facultades intelectuales con su gran pasion, unido a su trato indomable,
hacia de el uno de esos seres monstruosos, que la observacion
superficial califica ligeramente de este modo: un loco.
Hundido el sistema constitucional en 1814, Elias fue feliz; pero no por
eso vivio tranquilo, porque comenzo a tomar parte en la vida activa de
la politica, que es en todas ocasiones una vida poco agradable. Trabo
amistad con el duque de Alagon, individuo de la odiosa camarilla;
entraba en los conciliabulos de Palacio, y se _honro_ con la amistad de
aquel principe que deshonro a su patria. Entonces tomaba parte en los
sordos manejos de aquella corte infame.
Pero vino el ano 20, y nuestro personaje entro en el periodo de rabia
cronica, de desorden moral y frenetica tenacidad en que le hemos
conocido. Ya sabemos poco mas o menos como vivia: su actividad habia
redoblado, y conspiraba con una constancia de que no se ha visto
ejemplo. En relaciones secretas con la corte, procuraba organizar una
reaccion, y todos los medios se adoptaban si conducian al fin deseado.
Iba a los clubs, atizaba alborotos, frecuentaba las reuniones de
realistas y aun de los liberales. Todo lo averiguaba y lo aprovechaba
todo. Pero ya sonaban publicamente algunas acusaciones contra el; ya se
decia que habia pertenecido a la camarilla
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