A que? ?Has de ir a jalar de las pipas del Muelle? Pa eso hay otros
primero que tu, que tienes que atender al aparejo y a la lancha y a tu
obligacion.
--No dire que no me viniera bien uno o dos o medio; pero si no me le
dan, ?por que le he de echar la culpa a quien no la tiene?
--?Y por que en lugar de dar nos piden?
--Ese es otro cuento.... Y al ultimo, al que no tiene el rey le hace
libre.
--Ya te lo diran de misas.
--De toos modos, tio Tremontorio, las cuentas se han presentao y se han
dao por buenas; y por mas que uste y yo nos cansemos....
--Pues veremos lo que comes dentro de un par de dias, si el tiempo no se
echa a la tierra.
--Salu nos de Dios, y ya lo veremos.
--iAmen!... (iTina!...; ique hombres hay en el mundo! Too lo encuentran
gueeno. iAsi tienen ellos los calzones!)
Si mientras el Tuerto estaba a la mar, alguno de sus hijos rompia la
olla, o se comia el pan que estaba en el arcon, o hacia cualquier
diablura propia de su edad, en el balcon le sacudia el polvo su madre,
en el balcon le estiraba las orejas y en el balcon le banaba en sangre
la cara.
Si de vuelta de correr la sardina salia alcanzada la mujer del Tuerto en
la cuenta que este le tomaba rigorosamente, en el balcon se oia la
primera guantada de las que administraba el desdichado marido a su
costilla; desde el balcon llamaba a su padre, a su madre y a
Tremontorio; desde el balcon les contaba lo sucedido, y renegaba
furibundo de su mujer; desde el balcon imploraba el auxilio de Dios...,
y de balcon a balcon se enredaba un dialogo animadisimo que entretenia,
por espacio de media hora, a las gentes de la calle.
Si el patron de la lancha de que son socios mis vecinos, les debe algo,
desde sus balcones lo dicen, y en los mismos discuten el medio de
cobrarlo.
Por el balcon recibe Tremontorio las consultas que se le hacen sobre el
tiempo; por el balcon las contesta, y el balcon es su observatorio.
En una palabra: mis vecinos tienen el balcon por casa, excepto para
dormir y vestirse; y ni aun en estas dos ocasiones quieren prescindir
totalmente de la publicidad. Tremontorio y Bolina, especialmente, se
mudan la camisa y los pantalones en medio de la sala ... con todas las
puertas abiertas; pero donde se echan los botones y se amarran la
cintura con la indispensable correa, es en el balcon. Y esto en
invierno; que en verano, o cierro la puerta de mi antepecho, o he de
contemplarlos hasta en la menor particularidad de su vida in
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