fuerte, y con un interrogante, unos puntos suspensivos
y un gesto de "ique pillo soy!" resolvia todas las cuestiones, arrancaba
a su placer las carcajadas al auditorio y enredaba a sus convecinos cada
dia en un berenjenal de pleitos y rencillas, extraviandoles mas y mas la
justicia con lo vago de sus maliciosos pareceres. Pero su fama era
bastante mas vieja que todos sus convecinos entre quienes el buen
criterio no pudo nunca aclimatarse, y el tio Merlin era siempre listo y
_celebre_..., y por eso en el concejo se buscaba su opinion al tratarse
de aceptare o no la oferta del rumboso madrileno.
--?Que dice de esto el tio Merlin?--pregunto el alcalde despues que,
como todo el concejo, le hubo mirado por algun tiempo en silencio,
estudiando hasta el rumbo mas vago de su garrote.
El interrogado, sin dejar de hacer garabatos, miro de reojo a todos los
circunstantes; fijose en el alcalde, que inclinado sobre la mesa
ensenaba unos dientes tan grandes como habas cochineras, ansiando la
respuesta del viejo, y despues de arreglar la chaqueta sobre los
hombros, contesto muy pausadamente:
--?Conque ... que digo yo de esto, eh?... Pues digo que.... iJummma!...
Esta carraspera arranco al concejo una carcajada que duro medio cuarto
de hora.
--Vamos al decir, tio Merlin, _de_ que uste cree....
--Que la cosa no trae malicia, senor alcalde ... ijui! que las pillo yo
al vuelo....
--Pero, senor, fegurese uste que el hombre me llama y me ice "doy el
relo pa la torre sin el menor aquel de gastos pa el respetive: yo pago
too el jaleo, y pueen ustedes desde hoy avisar a los carpinteros y
albaniles que han de juriacar la pare, porque la cosa estara aqui en toa
la semana que viene."
--iHola!... ?Conque hubo too eso? ?Conque le ice a uste ese senor que
busque carpinteros y que juriaque la pare de la torre..., y entoavia no
atisba uste la estrucha?
--Hombre--repuso el alcalde con cierta humildad que le imponia la
sagacidad del viejo,--no dire yo que no viera algo de ella, y por eso
mande tocar a concejo.... Pero ello, ?que es lo que uste teme?
El tio Merlin bajo la cabeza, sonriose, volvio a hacer rayitas en el
suelo, y por toda contestacion largo otro ijummmaaa! que produjo el
mismo efecto que el anterior. Al cabo de un rato anadio:
--Senores, en el juriaco que se quiere abrir en la torre, ?no ven
ustedes na?
Los circunstantes se encogieron de hombros.
--Lo dicho--continuo el viejo,--no ven ustedes un buey a cuatro
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