o. Don Silvestre no vacilo.--"Pierdase la casta,
dijo; pero adelante el pleito."
Y aqui tiene el elector, dibujada a grandes rasgos, la perspectiva
exterior, digamoslo asi, de don Silvestre Seturas, pocos anos antes de
la ocasion en que se le presento.
Pero en la vida moral de este personaje hay algunos detalles que no
deben ignorarse, si han de admitirse dos aseveraciones: una, de sus
convecinos, que era el mas listo de los Seturas, y otra, de su ama de
gobierno, que no era ultimamente, en genio y en saber, como ella le
habia conocido.
El padre de don Silvestre, ya por no tener mas que un hijo, ya porque
viera en el, aguzandole un poco, un instrumento mas para el triunfo de
sus hollados derechos, determino mandar a su retono a la villa inmediata
para que estudiara latin con un domine de torva catadura y de tantas
narices como fama, y no era chato. Alli, a fuerza de linternazos y
conjuros, que tanto podian significar sistema en el maestro como torpeza
en el discipulo, aunque en este caso hay datos para creer que era por lo
primero ... casi tanto como por lo segundo, llego el joven Seturas a
construir oraciones de _activa_ con _de_. Siete meses despues de haber
vuelto por _pasiva_, una de ellas sin trocar el tiempo del verbo
auxiliar, escribio a su padre que antes de un ano sabria hacerlas de
_relativo_ compuestas, o que perderia las orejas (cosa nada increible
segun el domine se las trataba); pero el desventurado padre no tuvo la
dicha de admirar el aprovechamiento de su hijo, porque le sorprendio la
muerte a la puerta de la Audiencia teniendo la carta en el bolsillo.
Pudo haberla leido antes de salir de casa, cuando la recibio; pero los
minutos que en ello tardara los perdia en la vista; y "todo buen
Seturas--como el decia,--antes que a sus hijos, se debe a su pleito".
Este acontecimiento vario la faz de las cosas, y el pubero Silvestre fue
llamado a su pueblo para arreglar la testamentaria. Su tutor, y tio a la
vez, decidio que no estudiara mas, pues, para mayorazgo, bastante sabia;
y porque, por otra parte, la soga no estaba para muchos
tirones.--Quedose Silvestre en su lugar.--Aunque en la lengua de Tacito
no hiciera grandes progresos, pudo, no obstante el poco tiempo que
estuvo con el domine, vencer la repugnancia tradicional de la familia a
la lectura de todo documento que fuese extrano al pleito. Esto no lo
conocio Silvestre mientras estudiaba; pero si durante el primer ano de
su orfandad, bostezando, pan
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