recer alta, seca y
haraposa, semejante a un esqueleto que se escapa de su fosa, envuelto
aun en los jirones del sudario, una vieja horrible, en la que conoci a
la tia Casca. La tia Casca era famosa en todos estos contornos, y me
basto distinguir sus grenas blancuzcas que se enredaban alrededor de
su frente como culebras, sus formas extravagantes, su cuerpo encorvado
y sus brazos disformes, que se destacaban angulosos y obscuros sobre
el fondo de fuego del horizonte, para reconocer en ella a la bruja de
Trasmoz. Al llegar esta al borde del precipicio, se detuvo un instante
sin saber que partido tomar. Las voces de los que parecian perseguirla
sonaban cada vez mas cerca, y de cuando en cuando la veia hacer una
contorsion, encogerse o dar un brinco para evitar los cantazos que le
arrojaban. Sin duda no traia el bote de sus endiablados untos, porque,
a traerlo, seguro que habria atravesado al vuelo la cortadura, dejando
a sus perseguidores burlados y jadeantes como lebreles que pierden la
pista. iDios no lo quiso asi, permitiendo que de una vez pagara todas
sus maldades!... Llegaron los mozos que venian en su seguimiento, y la
cumbre se corono de gentes, estos con piedras en las manos, aquellos
con garrotes, los de mas alla con cuchillos. Entonces comenzo una cosa
horrible. La vieja, imaldita hipocritona! viendose sin huida, se
arrojo al suelo, se arrastro por la tierra besando los pies de los
unos, abrazandose a las rodillas de los otros, implorando en su ayuda
a la Virgen y a los Santos, cuyos nombres sonaban en su condenada boca
como una blasfemia. Pero los mozos, asi hacian caso de sus lamentos
como yo de la lluvia cuando estoy bajo techado.--Yo soy una pobre
vieja que no he hecho dano a nadie: no tengo hijos ni parientes que me
vengan a amparar; iperdonadme, tened compasion de mi! aullaba la
bruja; y uno de los mozos, que con la una mano la habia asido de las
grenas, mientras tenia en la otra la navaja que procuraba abrir con
los dientes, la contestaba rugiendo de colera: iAh, bruja de Lucifer,
ya es tarde para lamentaciones, ya te conocemos todos!--iTu hiciste
un mal a mi mulo, que desde entonces no quiso probar bocado, y murio
de hambre dejandome en la miseria! decia uno.--iTu has hecho mal de
ojo a mi hijo, y lo sacas de la cuna y lo azotas por las noches!
anadia el otro; y cada cual exclamaba por su lado: iTu has echado una
suerte a mi hermana! iTu has ligado a mi novia! iTu has emponzonado la
hierba! iTu has embruj
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