El dia en que salte sobre ella con mi
_Relampago_[1] crei haber visto brillar en su fondo una cosa extrana
... muy extrana ... los ojos de una mujer.
[Footnote 1: Relampago. The name of his horse, mentioned p. 17.]
Tal vez seria un rayo de sol que serpeo fugitive entre su espuma; tal
vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno, y cuyos
calices parecen esmeraldas ... no se: yo crei ver una mirada que se
clavo en la mia; una mirada que encendio en mi pecho un deseo absurdo,
irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos.
En su busca fui un dia y otro a aquel sitio:
Por ultimo, una tarde ... yo me crei juguete de un sueno ... pero no,
es verdad, la[1] he hablado ya muchas veces, como te hablo a ti ahora
... una tarde encontre sentada en mi puesto, y vestida con unas ropas
que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer
hermosa sobre toda ponderacion. Sus cabellos eran como el oro; sus
pestanas brillaban como hilos de luz, y entre las pestanas volteaban
inquietas unas pupilas que yo habia visto... si; porque los ojos de
aquella mujer eran los ojos que yo tenia clavados en la mente; unos
ojos de un color imposible; unos ojos ...
[Footnote 1: la. The Spanish Academy condemns the use of _la_
instead of _le_ as a feminine dative. Spanish writers, however,
frequently so employ it.]
--iVerdes! exclamo Inigo con un acento de profundo terror, e
incorporandose de un salto en su asiento.
Fernando le miro a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba
a decir, y le pregunto con una mezcla de ansiedad y de alegria:
--?La conoces?
--iOh, no! dijo el montero. iLibreme Dios de conocerla! Pero mis
padres, al prohibirme llegar hasta esos lugares, me dijeron mil veces
que el espiritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas,
tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro, por lo que mas ameis en la
tierra, a no volver a la fuente de los Alamos. Un dia u otro-os
alcanzara su venganza, y expiareis, muriendo, el delito de haber
encenagado sus ondas.
--iPor los que mas amo!... murmuro el joven con una triste sonrisa.
--iSi!, prosiguio el anciano; por vuestros padres, por vuestros
deudos, por las lagrimas de la que el cielo destina para vuestra
esposa, por las de un servidor que os ha visto nacer ...
--?Sabes tu lo que mas amo en este mundo? Sabes tu por que daria yo el
amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida, y todo el carino
que pu
|