remendas
responsabilidades evitadas por el banquero al refugiarse entre los
muertos.
--Tengo miedo, Manuel--dijo a su camarada--. Yo mismo no comprendo
ahora como firme esos papeles, sin darme cuenta de su importancia...
?Quien pudo aconsejarme una fe tan ciega en los negocios de Fontenoy?
Robledo sonrio tristemente. Podia darle el nombre de la persona que le
habia aconsejado; pero considero inoportuno aumentar con tal
revelacion el desaliento de su amigo.
Aun en medio de sus preocupaciones, Torrebianca pensaba en su mujer.
--iPobre Elena! He hablado con ella hace un momento... Crei que iba a
sufrir un accidente al contarle yo como habia visto el cadaver de
Fontenoy. Este suceso ha perturbado de tal modo su sistema nervioso,
que temo por su salud.
Pero Robledo sintio tal impaciencia ante sus lamentaciones, que dijo
brutalmente:
--Piensa en tu situacion y no te ocupes de tu mujer. Lo que te amenaza
es mas grave que un ataque de nervios.
Los dos hombres, despues de hablar largamente de esta catastrofe,
acabaron por sentir cierto optimismo, como todos los que se
familiarizan con la desgracia. iQuien podia conocer la verdad exacta
mientras los asuntos del banquero no fuesen puestos en claro por el
juez!... Fontenoy era mas iluso que criminal; esto lo reconocian hasta
sus mayores enemigos. Muchos de los negocios ideados por el acabarian
siendo excelentes. Su defecto habia consistido en pretender hacerlos
marchar demasiado aprisa, enganando al publico sobre su verdadera
situacion. Tal vez unos administradores prudentes sabrian hacerlos
productivos, reconociendo los informes de Fontenoy como exactos y
declarando que Torrebianca no habia cometido ningun delito al
aprobarlos.
--Bien puede ser asi--dijo Robledo, que necesitaba mostrarse
igualmente optimista.
Le habia infundido al principio una gran inquietud el desaliento de su
amigo, y preferia ayudarle a recobrar cierta confianza en el porvenir.
Asi pasaria mejor la noche.
--Veras como todo se arregla, Federico. No concedas demasiado valor a
lo que dicen los antiguos parasitos de Fontenoy, aconsejados por el
miedo.
Al dia siguiente lo primero que hizo el espanol al levantarse fue
buscar los periodicos. Todos se mostraban pesimistas y amenazadores en
sus articulos sobre este suicidio, que tomaba la importancia de un
gran escandalo parisien, augurando que la Justicia iba a meter en la
carcel a personalidades muy conocidas antes de que hubiesen
transcur
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