que avanzaba decidido,
retrocedieron por el camino en direccion a su chacra.
Como los caballos marchaban docilmente a pocos pasos delante del
hombre, pudieron llegar juntos a la chacra del dueno del toro,
siendoles dado oir la conversacion.
Es evidente, por lo que de ello se desprende, que el hombre habia
sufrido lo indecible con el toro del polaco. Plantaciones, por
inaccesibles que hubieran sido dentro del monte; alambrados, por
grande que fuera su tension e infinito el numero de hilos, todo lo
arrollo el toro con sus habitos de pillaje. Se deduce tambien que los
vecinos estaban hartos de la bestia y de su dueno, por los incesantes
destrozos de aquella. Pero como los pobladores de la region
dificilmente denuncian al Juzgado de Paz perjuicios de animales, por
duros que les sean, el toro proseguia comiendo en todas partes menos
en la chacra de su dueno, el cual, por otro lado, parecia divertirse
mucho con esto.
De este modo, los caballos vieron y oyeron al irritado chacarero y al
polaco cazurro.
--iEs la ultima vez, don Zaninski, que vengo a verlo por su toro!
Acaba de pisotearme toda la avena. iYa no se puede mas!
El polaco, alto y de ojillos azules, hablaba con extraordinario y
meloso falsete.
--iAh, toro, malo! iMi no puede! iMi ata, escapa! iVaca tiene culpa!
iToro sigue vaca!
--iYo no tengo vacas, usted bien sabe!
--iNo, no! iVaca Ramirez! iMi queda loco, toro!
--Y lo peor es que afloja todos los hilos, usted lo sabe tambien!
--iSi, si, alambre! iAh, mi no sabe!...
--iBueno!, vea don Zaninski: yo no quiero cuestiones con vecinos, pero
tenga por ultima vez cuidado con su toro para que no entre por el
alambrado del fondo; en el camino voy a poner alambre nuevo.
--iToro pasa por camino! iNo fondo!
--Es que ahora no va a pasar por el camino.
--iPasa, toro! iNo pua, no nada! iPasa todo!
--No va a pasar.
--?Que pone?
--Alambre de pua... pero no va a pasar.
--iNo hace nada pua!
--Bueno; haga lo posible porque no entre, porque si pasa se va a
lastimar.
El chacarero se fue. Es como lo anterior, evidente, que el maligno
polaco, riendose una vez mas de las gracias del animal, compadecio, si
cabe en lo posible, a su vecino que iba a construir un alambrado
infranqueable por su toro. Seguramente se froto las manos:
--iMi no podran decir nada esta vez si toro come toda avena!
Los caballos reemprendieron de nuevo el camino que los alejaba de su
chacra, y un rato despues llegaban
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