ojarasca.
Tio desemboco en seguida, a tiempo que dejando de verme, sentia alla
en el fondo del pozo el abominable zumbido de un cuerpo que se
aplastaba.
El padrastrillo se detuvo, totalmente livido; volvio a todas partes
sus ojos dilatados, y se aproximo al pozo. Trato de mirar adentro,
pero los culantrillos se lo impidieron. Entonces parecio reflexionar,
y despues de una atenta mirada al pozo y sus alrededores, comenzo
a buscarme.
Como desgraciadamente para el caso, hacia poco tiempo que el tio
Alfonso cesara a su vez de esconderse para evitar los cuerpo a cuerpo
con sus padres, conservaba aun muy frescas las estrategias
subsecuentes, e hizo por mi persona cuanto era posible hacer
para hallarme.
Descubrio en seguida mi cubil, volviendo pertinazmente a el con
admirable olfato; pero fuera de que la hojarasca diluviana me ocultaba
del todo, el ruido de mi cuerpo estrellandose obsediaba a mi tio, que
no buscaba bien, en consecuencia.
Fue pues resuelto que yo yacia aplastado en el fondo del pozo, dando
entonces principio a lo que llamariamos mi venganza postuma. El caso
era bien claro: ?con que cara mi tio contaria a mama que yo me habia
suicidado para evitar que el me pegara?
Pasaron diez minutos.
--iAlfonso!--sono de pronto la voz de mama en el patio.
--?Mercedes?--respondio aquel tras una brusca sacudida.
Seguramente mama presintio algo, porque su voz sono de nuevo,
alterada.
--?Y Eduardo? ?Donde esta?--agrego avanzando.
--iAqui, conmigo!--contesto riendo.--Ya hemos hecho las paces.
Como de lejos mama no podia ver su palidez ni la ridicula mueca que el
pretendia ser beatifica sonrisa, todo fue bien.
--?No le pegaste, no?--insistio aun mama.
--No. iSi fue una broma!
Mama entro de nuevo. iBroma! Broma comenzaba a ser la mia para el
padrastrillo.
Celia, mi tia mayor, que habia concluido de dormir la siesta, cruzo el
patio y Alfonso la llamo en silencio con la mano. Momentos despues
Celia lanzaba un ioh! ahogado, llevandose las manos a la cabeza.
--iPero, como! iQue horror! iPobre, pobre Mercedes! iQue golpe!
Era menester resolver algo antes que Mercedes se enterara. ?Sacarme,
con vida aun?... El pozo tenia catorce metros sobre piedra viva. Tal
vez, quien sabe... Pero para ello seria preciso traer sogas, hombres;
y Mercedes...
--iPobre, pobre madre!--repetia mi tia.
Justo es decir que para mi, el pequeno heroe, martir de su dignidad
corporal, no hubo una sola lagrima. Mama acap
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