e la mejilla izquierda, y comoda asi, fijo los
ojos en mi. No se que me decian sus ojos; posiblemente me daban toda
su vida y toda su alma en una entrega infinitamente dichosa. Sus
labios me dijeron algo, y tuve que inclinarme para oir:
--Soy feliz--se sonrio.
Pasado un momento sus ojos me llamaron de nuevo, y me incline otra
vez.
--Y despues...--murmuro apenas, cerrando los ojos con lentitud. Creo
que tuvo una subita fuga de ideas. Pero la luz, la insensata luz que
extravia la mirada en los relampagos de felicidad, inundo de nuevo sus
ojos. Y esta vez oi bien claro, senti claramente sobre mi rostro
esta pregunta:
--Y cuando sane y no tenga mas delirio...?me querras todavia?
iLocura que se ha sentado a horcajadas sobre mi corazon! i_Despues_!
iCuando no tenga _mas delirio_! ?Pero estabamos todos locos en la
casa, o habia alli, proyectado fuera de mi mismo, un eco a mi
incesante angustia del _despues_? ?Como es posible que ella dijera
eso? ?Habia meningitis o no? ?Habia delirio o no? Luego mi Maria
Elvira...
No se que conteste; presumo que cualquier cosa a escandalizar a la
parentela completa si me hubieran oido. Pero apenas habia murmurado
yo; apenas habia murmurado ella con una sonrisa... y se durmio.
De vuelta a casa, mi cabeza era un vertigo vivo, con locos impulsos de
saltar al aire y lanzar alaridos de felicidad. ?Quien, de entre
nosotros, puede jurar que no hubiera sentido lo mismo? Porque las
cosas, para ser claras, deben ser planteadas asi: La enferma con
delirio, que por una aberracion sicologica cualquiera, ama,
_unicamente_ en su delirio, a X. Esto por un lado. Por el otro, el
mismo X, que desgraciadamente para el, no se siente con fuerzas para
concretarse exclusivamente a su papel medicamentoso. Y he aqui que la
enferma, con su meningitis y su inconsciencia--su incontestable
inconsciencia--murmura a nuestro amigo:
_Y cuando no tenga mas delirio... me querras todavia?_
Esto es lo que yo llamo un pequeno caso de locura, claro y rotundo.
Anoche, cuando llegaba a casa, crei un momento haber hallado la
solucion, que seria esta: Maria Elvira, en su fiebre, sonaba que
estaba despierta. ?A quien no ha sido dado sonar que esta sonando?
Ninguna explicacion mas sencilla, claro esta.
Pero cuando por pantalla de ese amor mentido hay dos ojos inmensos,
que empapandonos de dicha se anegan ellos mismos en un amor que no se
puede mentir: cuando se ha visto a esos ojos recorrer con dura
extraneza los r
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