n prestigio? ?Y no significa nada el apoyo de aquella persona
tan alta ... de aquel que todo lo puede? ...
--Del Rey, digalo usted de una vez.
--Ya sabe usted cual es el pensamiento del Rey. Ante el publico, ante la
Europa, esos hombres son sus amigos: algunos son sus ministros, otros
son sus consejeros de Estado, otros los diputados que apoyan sus
decretos en las Cortes. Aparentemente el Rey les ama; pero en realidad
les odia, les detesta. Por ellos se entroniza el sistema constitucional;
ellos dan fuerza al liberalismo. Ya veis como para acabar con el
liberalismo, hay que acabar con ellos.
Esto lo dijo con una resolucion tan cinica y tan descarada veracidad,
que el mismo Doctrino, que era un infame, sintio cierta repugnancia.
--Pues bien--continuo Coletilla:--toda la execracion del atentado caera
sobre los liberales exaltados, que son los que lo perpetran; el golpe va
a herir directamente al liberalismo. Se vera que el liberalismo se mata
a si mismo; que los mas exaltados de sus secuaces devoran a los mas
prudentes. ?Que ha de hacer la Patria aterrada en presencia de este
horror? Renegar del liberalismo, facilitar el santo proposito del Rey de
restablecer el antiguo sistema. El golpe esta muy bien preparado: una
parte de los liberales arde en deseo de aniquilar a la otra parte. El
suicidio del liberalismo es inminente. Favorezcamoslo, impulsemoslo. Tal
vez manana sera tarde; tal vez, si nos detenemos, puede verificarse una
reconciliacion, y entonces....
--Reconciliacion no: eso es imposible--dijo el Doctrino preocupado.--Los
exaltados de la _Fontana_ y de los otros clubs han llegado ya a un
estado de intransigencia tal.... Al pueblo se le ha predicado mucha
doctrina de intolerancia y de exterminio para que se detenga en su
aspiracion. No hay remedio: esos que se oponen en las Cortes y en los
clubs a las exageraciones de la libertad, van a ser atropellados por
ella. No es posible reconciliacion; por lo mismo creo que debe y puede
esperarse un poco a ver si esos hombres pierden de una vez la poca
popularidad que les queda.
--Esas cosas se han de hacer con decision; si no, no se hacen--dijo
Elias.--Veo que usted no ha nacido para los golpes de circunstancias. Yo
creo que esta semana debe verificarse el desenlace de mi plan, y lo
tendra, aunque usted no quiera ayudarme.
--Ayudarle a usted, eso si. Hemos hecho un pacto: usted es el que ha de
mandar. Aunque disintamos en un punto, no por eso nos separaremos. Y
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