ia presentarse la siguiente; pero sin
atropellarse, con la calma de la verdadera inspiracion que afluye al
espiritu y no se precipita. La elocuencia muda de sus horas de silencio
y soledad, salia por primera vez a su boca, sorprendiendole a el mismo,
que se oia con tanto gozo como podia oirle el publico. Aquellas paginas
no escritas, aquellas oraciones no emitidas por voz humana, salian a sus
labios con tanta facilidad que parecian aprendidas de memoria desde
largo tiempo. Sin darse cuenta de ello, dejo de ser retorico aquella
vez. Su instinto de orador se alejo de aquel peligro, y expresandose a
veces con demasiada sencillez, no ocurrio tampoco en el desalino ni la
vulgaridad. La espontanea brillantez de sus medios oratorios, la
profunda entonacion de verdad y sentimiento que daba a sus afirmaciones,
la habilidad con que sabia explotar la pasion y la fantasia del
auditorio, le ayudaron en aquella empresa, en la cual su ingenio
aparecio en altisimo lugar, grande, espontaneo, robusto de ideas y
formas, como realmente era.
--?Como quereis que haya libertad--decia,--si unos cuantos se erigen en
sacerdotes exclusivos de ella, cuando ese gran sacerdocio a todos nos
corresponde y no es patrimonio de ninguna clase? Paso el monopolio de la
riqueza, de la ilustracion, del predominio y de la influencia, ?Hemos de
consentir ahora el monopolio de las ideas? _(Grandes aplausos.)_ Por
este camino vamos a tener aqui una cosa parecida a las castas del
Oriente. _(Risas.)_ Entre los millones de ciudadanos que pertenecen a la
sagrada comunion del liberalismo, vemos surgir una casta privilegiada,
que se cree unica conservadora del orden, unica cumplidora de las leyes,
unica apta para dirigir la opinion. ?Hemos de consentir esto? ?Hemos de
ser siempre esclavos? ?Esclavos ayer del despotismo de uno, esclavos hoy
del orgullo de ciento? Mil veces peor es este absolutismo que el que
hemos sacudido. Prefiero ver al tirano desenmascarado y franco,
mostrando su torva, sanguinaria faz de demonio; prefiero la insolencia
desnuda de un barbaro abominable, abortado por el infierno, a la
hipocrita crueldad, al despotismo encubierto y disfrazado de estos
hombres que nos mandan y nos dirigen escudados con el nombre de
liberales, haciendo leyes a su antojo, para despues obligarnos con el
respeto a la ley; seduciendonos con el nombre de libertad para despues
ametrallarnos en nombre del orden; llamandose representantes de todos
nosotros para despues insulta
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