alli un ejemplo del vejamen que podia sufrir la aristocracia
historica en la ilustre familia de los Porrenos, pero su indignacion se
calmo al observar que su tio, lejos de escuchar con ira aquellas
acusaciones, se sonrio, y pasandole la mano por el hombro casi
carinosamente, si es permitido usar esta palabra, dijo:
No se incomoden ustedes por tan poca cosa. Si llego tarde, fue sin duda
porque tuvo alguna ocupacion: eso no tiene nada de particular. Lazaro se
porta bien: yo se lo aseguro a ustedes.
--iJesus, senor don Elias!--exclamo Salome como si oyera una
obscenidad.--iJesus, senor don Elias: yo esperaba de usted algun
miramiento para con nosotras!
--Pero, senoras, digo tan solo que si mi sobrino llego tarde, fue porque
tuvo algo que hacer.
--No esperaba yo de usted semejantes palabras--indico Paz, poniendo
los ojos, la boca y la nariz en la misma disposicion compungida que si
fuera a llorar.
--No se en que podemos nosotras haber faltado--observo Salome,
poniendose verde y haciendo tambien un gran esfuerzo para hacer creer
que si no lloraba era por no faltar a las conveniencias sociales.--No se
en que podemos nosotras haber faltado para que usted nos diga eso.
--Como esta una en desgracia...--murmuro Paz bajando la cara para que se
creyera que devoraba una humillacion.
--Pero, senoras--dijo Coletilla con mucha seriedad,--yo no he agraviado
a ustedes; he disculpado a mi sobrino solamente....
--Como esta una en desgracia...--anadio la dama continuando la queja
interrumpida,--ya no se nos guardan ciertas consideraciones, y se nos
desmiente cuando afirmamos una cosa.
--iYo, senoras mias!--balbucio Elias.--En otro tiempo--dijo Salome,
respirando fuerte y acumulando en la mirada todo el desden de su
caracter,--en otro tiempo no pasaba asi. Cada persona se mantenia en su
lugar, y el que estaba obligado a acatarnos, no llegaba nunca hasta
nosotros sino con el mayor respeto y cortesia. Hoy todo ha cambiado.
--iHoy todo ha cambiado! iComo ha de ser!--exclamo Paz, que despues de
incalculables esfuerzos consiguio su objeto, el cual consistia en que
una lagrimita rodara por sus mejillas atomatadas.
--Adios, senor don Elias--dijo Salome, hecha un veneno porque el
realista no se arrodillo a sus plantas como esperaba.
--Adios, senor don Elias--repitio Paz, viendo que su lagrimita no
ablandaba el duro corazon del antiguo mayordomo.
--Pero vengan ustedes aca, senoras.... Las dos volvieron rapidamente.
--Yo
|