Aldama y otros dos individuos de los que mas trato
tenian con el bolsillo del intendente revolucionario Elias Orejon.
--No hay otro medio mejor que el que Coletilla nos ha propuesto--decia
el Doctrino.--Indudablemente ese zorro tiene talento.
--Pero es preciso tomar antes buenas medidas--indico Pinilla--porque
esos golpes, si salen mal, son terribles.... Escojamos buena gente, y
que todos nos sigan y vayan al mismo objeto sin decir nada hasta no
estar sobre ellos. Que solo sepan la verdad del objeto treinta o
cuarenta hombres probados.
--Eso ha de ser asi: yo respondo de ello.--Ellos tambien parece que ven
venir la lucha y se preparan para la defensa. Hoy lo dijo Toreno en las
Cortes--observo Pinilla.--Pero les va a ser dificil escapar. El pueblo
esta irritado contra ellos; el pueblo quiere libertad, y ha de
atropellar a los que intentan no permitirle llegar hasta el fin.
--La gran dificultad consiste en no poderles coger reunidos en un solo
punto. Lo bueno seria invadir el Congreso; pero el de la casa grande no
quiere tal cosa. Hay que ir cazandoles guarida por guarida, y esto hace
mas dificil y complicado el asunto... Pero concretemos. En resumen, ?que
es lo que se debe hacer?
--La cuestion es muy sencilla--dijo el Doctrino, echandose atras el
sombrero y bajando la voz.--Todo se reduce a lo siguiente: Hay un
partido, unos cuantos hombres que se llaman liberales sensatos, que
predican el orden y el respeto a las leyes. Todo esto es muy bueno. Pero
el pueblo ha cobrado gran odio a esa gente, que es, segun cree el Rey,
el apoyo de la Constitucion. El pueblo ha llegado tras largas
sugestiones a desear vivamente, con razon o sin ella, la ... desaparicion
de esos hombres. Bien: conduzcamos al pueblo al logro de su deseo. El
pueblo lo quiere, cumplase la voluntad nacional. Despues de estas
irrisorias y diabolicas palabras, el Doctrino se detuvo para leer el
efecto de su exposicion en las caras de los oyentes.
--Bien--continuo:--hay veinte o treinta hombres senalados ya en la
opinion como victimas.
--?Como victimas?--interrumpio Pinilla.
--Si, ha de haber un atropello. Hasta donde llegara este atropello, es
lo que no puedo decir a ustedes. Ya sabemos lo que es este pueblo.
--?Pero ese atropello parara en una matanza?--pregunto uno de los dos
desconocidos.
--Eso es lo que no se. Atropello ha de haber. Las personas que lo han de
sufrir estan aqui apuntadas en mi cartera. No son solo los ministros.
--Y de
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