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de la Paz, que sentia renacer en si todas las fuerzas de su antigua
habilidosa elocuencia de salon.
--?Pues no me ha de interesar?--dijo Elias sintiendo herido su amor
propio de mayordomo.--Pero voy, si ustedes me permiten, a verla.
--No puede usted ahora, porque esta durmiendo.
--La va usted a molestar.
Las dos se sonrieron satisfechas de la humillacion que creian arrojar
sobre Elias, retirandole momentaneamente su confianza.
--Pues si no puede ser, me retiro.
--Vaya usted con Dios.
--Si se ofrece algo, senoras ...--dijo el realista.
Y contra lo que ellas esperaban, el realista se marcho, dejandolas muy
contrariadas.
--iAy!--exclamo Salome,--?sera posible?
--?Que?--dijo Paz alarmada.
--Que las ideas del dia hayan tambien....
--?Sera posible?...
--iTambien el!...
El ambito del comedor resono con la vibracion de dos suspiros que eran
dos poemas. Pero ningun suceso grave resulto de aquel singular estado de
sus caracteres, a no ser que quiera considerarse como tal el gran
puntapie que se llevo el perrito Batilo sin motivo serio que lo
explicara.
CAPITULO XXXIV
#El complot.--Triunfo de Lazaro.#
Lazaro no pudo tampoco aquel dia encontrar a Bozmediano. Su deseo de
hablarle, de pedirle cuenta de su infamia, de demostrarle la lealtad de
su conducta y de castigarle sin lastima ninguna, aumentaba a cada hora.
Buscole con afan, porque ciertos agravios dan una paciencia y una
tenacidad que las mas grandes empresas inspiran rara vez al hombre.
En la casa le decian constantemente que no estaba; paseaba de largo a
largo la calle sin verle aparecer; llego la noche, y a eso de las diez
vio salir a las mismas tres personas de la noche anterior. Eran ellos.
Bozmediano, padre e hijo, y el otro militar salieron por una puerta que
se abria a un callejon obscuro, y se encaminaron a la plazuela de
Afligidos, dando un gran rodeo. Apostose el joven Otra vez detras de
la esquina de la calle de las Negras, y les vio entrar en la propia
casa. Al poco rato entro otra persona, despues tres, despues dos; en
fin, los mismos de la noche anterior. Reflexionando entonces Lazaro que
su grande objeto, hablar y confundir a Bozmediano, no lo podia
conseguir, viendo entrar desconocidos en una casa desconocida, se
retiro, dirigiendose a la _Fontana_ para asistir a la gran sesion de
que su tio le habia hablado.
Desde el anochecer estaban en el cafe de la Carrera de San Jeronimo el
Doctrino, Pinilla,
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