re alto, flaco y vestido de negro entro en la habitacion. Era don
Julian Lobo, celebre republicano que despues fue faccioso y uno de los
mas sanguinarios chacales del absolutismo. No es facil decir si en la
epoca en que lo presentamos era verdadero demagogo o simplemente un
absolutista disfrazado, como otros muchos. Lo cierto es que hacia alarde
de las mas exageradas opiniones, y sus discursos, pronunciados en
_Lorencini_, eran elocuentes y fanaticos. Conspiro mucho con los
liberales exaltados contra el gobierno Feliu, y despues contra el
gobierno de Martinez de la Rosa. Hay quien asegura que tomo parte en las
primeras facciones con Misas y el Trapense, y es indudable que al fin de
los tres anos constitucionales se presento descaradamente con una
partida en Moncayo, donde hizo estragos. Entronizado de nuevo el
absolutismo, se ordeno de mayores (ya lo era de menores antes de 1821);
obtuvo el arcedianato de Ciudad-Rodrigo con asiento en el coro de
Salamanca, y lo disfruto muchos anos.
--Senores--dijo con mucha solemnidad--albricias: la _Fontana_ es
nuestra.
--?Que hay? Cuente usted--dijeron todos con gran interes.
--Que nos han dejado libre el campo. Los ultimos que quedaban del
partido _tibio_ se han marchado, viendo que la opinion se va tras
nosotros. Anoche le han dado una silba horrible. Han acordado marcharse
todos, y el amo del cafe, Grippini, ha venido a decirme que si queremos
continuar nosotros las sesiones....
--?Pues no hemos de continuar? Esta noche misma--dijo Alfonso con
entusiasmo.
--Bien por la _Fontana_. La _Fontana_ es nuestra--grito el Doctrino.
--Lo mismo ha pasado en _Lorencini_. Se han marchado esos senores con su
_orden_ y su _cordura_.
--El campo en nuestro. Convocar a la gente para esta noche.
--iTodo el mundo a la _Fontanal_!
--A la _Fontana_, a las diez.
En la sesion preparatoria de la _Fontanilla_ no ocurrio nada de notable.
Los principales cabecillas del complot se dieron cita para una
conferencia secreta que tendria lugar aquella noche en el salon interior
de la _Fontana_, a las nueve, y se despidieron para retirarse, quedando
alli Aldama y el Doctrino. Cuando se vieron solos, llamaron a Elias que
aparecio con cara de jubilo, la cual en aquel hombre era la cara mas
diabolica y repulsiva del mundo.
--?Que le parece a usted?--dijo el Doctrino.
--Bien, bien.
--Vamos a echar un trago--anadio el joven, tomando de manos de Aldama
una botella que este habla sacado, no s
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