s maquinas aereas inmoviles en el espacio, y finalmente las esbeltas
muchachas del casquete alado, armadas con lanzas, arcos y sables.
--No comprendo, profesora....
--Llameme profesor--interrumpio la dama universitaria--. Profesor
Flimnap.
--Esta bien--continuo el americano--. Digo, profesor Flimnap, que no
puedo comprender todas esas armas primitivas al lado de tanta maquina
terrestre y aerea, que me parecen perfectas, y de esa escuadra del Sol
Naciente de que me ha hablado antes.
El doctor hembra sonrio con superioridad.
--Ya le dije que los Hombres-Montanas deben asombrarse cuando nos
visitan, asi como nosotros nos asombrabamos al verles en otros tiempos.
Hay cosas que no comprendera usted nunca si no le damos una explicacion
preliminar. Y esta explicacion solo la recibira usted si los altos
senores del Consejo Ejecutivo quieren que viva. En cuanto a la
desproporcion entre nuestras armas y nuestras maquinas, no debe usted
preocuparse de ella. Vivimos organizados como queremos, como a nosotros
nos conviene.
El joven no quiso mostrarse vencido por el aire de superioridad con que
fueron dichas tales palabras, y anadio:
--Entre los objetos que han sacado de mis bolsillos habra visto usted
seguramente una maquina de hierro formada por un tubo largo y un
cilindro con otros seis tubos mas pequenos, dentro de los cuales hay lo
que llamamos una capsula, que se compone de una porcion de substancia
explosiva y un pedazo de acero conico. Tengan mucho cuidado al mover la
tal maquina, porque es capaz de hacer volar a uno de los navios de su
escuadra del Sol Naciente. Con varias maquinas de la misma clase ustedes
serian mucho mas fuertes que lo son ahora.
La universitaria abandono el portavoz para reir con una serie da
carcajadas que le hicieron llevarse las manos a las dos curvas
superpuestas de su pecho y de su abdomen.
--iCuantas palabras--dijo al extinguirse su risa--, cuantas palabras
para describirme un revolver! iPero si yo conozco eso tan bien como
usted!... Las gentes que hoy han visto el suyo (los cargadores y los
marineros) seguramente que no saben lo que es; pero para nosotros, las
personas estudiosas, esa maquina del tubo grande y de los seis tubos con
sus capsulas explosivas resulta una verdadera antigualla. Ademas, la
consideramos repugnante e indigna de todo recuerdo. No intente,
gentleman, deslumbrarnos con sus descubrimientos. Aqui sabemos mas que
usted. Prescinda da nuevas observaciones y acue
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