emos llegado a poseer
navios mas grandes que el que le trajo a usted, y los suprimimos por
inhabiles para defenderse.
Hubo un largo silencio despues de las palabras poco cordiales cruzadas
entre los dos. Pero la doctora no parecia tenaz en sus rencores y siguio
hablando:
--He tenido que improvisar un ligero desayuno con lo que encontre mas a
mano. Perdone usted su frugalidad y su monotonia. Cuando estemos en la
capital (si es que los altos senores del Consejo Ejecutivo quieren
concederle la vida a perpetuidad, o sea hasta que perezca usted de
muerte ordinaria), estoy seguro de que comera mejor.
Sin separarse el portavoz de la boca, empezo a rugir otra vez una serie
de palabras desconocidas, que despertaron gran actividad en los linderos
del bosque.
Un grupo de aquellos hombres bestiales y semidesnudos, fuerzas ciegas y
sometidas como los constructores de las Piramides faraonicas, avanzo por
la pradera tirando de un enorme cilindro vertical. Era una bomba
rematada por un largo piston. Esta bomba la acababan de limpiar los
vigorosos siervos, pues habia servido durante la noche para inyectar al
gigante su dosis de narcotico. Poco despues empezaron a salir de la
selva rebanos de vacas bien cuidadas, gordas y lustrosas. Parecian
enormes junto a los hombrecillos que las guiaban, pero no tenian en
realidad para Gillespie mayor tamano que una rata vieja. A los pocos
momentos eran centenares; al final llenaron la mayor parte de la
pradera, siendo mas de mil.
Numerosos enanos, que por sus trajes parecian hombres de campo y en
realidad eran mujeres, silbaron y agitaron sus cayados para ordenar y
agrupar a estos animales.
--Es todo lo que hemos podido reunir--dijo la profesora--. El _Comite de
recibimiento del Hombre-Montana,_ nombrado anoche por el gobierno, no ha
tenido tiempo para preparar mejor las cosas. Sin embargo, en pocas horas
nuestras maquinas terrestres y aereas han llegado a requisar todas las
vacas existentes en un radio de diez millas, como diria usted. Y ahora,
gentleman, vuelva a tenderse; adopte su primera postura para tomar un
poco de leche.
Pero Gillespie estaba pensativo desde mucho antes. Se dispuso a obedecer
la orden y luego se detuvo para mirar con una expresion interrogante a
la universitaria.
--Una palabra nada mas, y en seguida me tiendo.
La doctora le hizo ver con un gesto que estaba dispuesta a escucharle.
El americano mostro con un dedo los automoviles que le rodeaban, despues
la
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