stese prontito a tomar su
leche.
El americano tuvo que obedecer, avergonzado de su derrota. Las vacas, en
fila incesante, subian y bajaban por una dobla rampa situada junto a la
bomba. Cuando estaban en lo alto, al lado da la boca del receptaculo,
los siervos forzudos las ordenaban rapidamente con un aparato, arrojando
la leche en el interior del enorme vaso de metal. Varios hombres tomaron
el doble balancin del piston para subirlo y bajarlo, impeliendo el
liquido del interior. Mientras tanto, otros de los siervos desnudos
desarrollaban los flexibles anillos de una manga de riego ajustada a la
bomba.
--Abra usted la boca, Gentleman-Montana--ordeno el profesor hembra.
Gillespie obedecio, e inmediatamente le introdujeron entre los labios
una barra de metal ampliamente perforada, de la que surgia un chorro de
leche mas grueso que el brazo musculoso de cualquiera de aquellos
atletas. Gillespie bebio durante mucho tiempo este hilillo de liquido
dulzon, algo mas claro que la leche de otros paises.
--?Quiere usted mas?--pregunto la traductora--. No tema ser importuno.
Nuestros agentes continuan en este momento su requisa de vacas por todos
los distritos inmediatos.
Pero el gigante se mostraba ahito del amamantamiento por manga de riego,
e hizo un gesto negativo.
Volvio a rugir el portavoz dando ordenes, y huyeron las vacas hacia la
selva, perseguidas por los gritos, las pedradas y los garrotes en alto
de sus conductores. Desaparecio igualmente la maquina que habia servido
el desayuno, y los siervos atletas empezaron a trabajar en torno del
cuerpo de Gillespie.
En un momento le libraron de las ligaduras que sujetaban sus munecas y
sus tobillos. Al desliarse el enroscamiento de los hilos metalicos, las
maquinas voladoras tiraron de estos cables sutiles, haciendolos
desaparecer. Pero no por esto se alejaron. Las cuatro permanecieron
inmoviles en el mismo lugar del espacio, como si esperasen ordenes.
--Gentleman--volvio a decir Flimnap--, ha llegado el momento mas dificil
para mi. Vamos a partir para la capital, y necesito recordarle que la
continuacion de su existencia no es aun cosa segura. Falta saber que
opinion formaran de usted las altas personalidades del Consejo
Ejecutivo. Pero yo tengo cierta confianza, porque el corazon justo y
fuerte de las mujeres es siempre piadoso con la debilidad y la
ignorancia del hombre. Ademas, cuento con la buena impresion que
producira su aspecto.
"Usted es muy feo, gentle
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